Marti Vigo sueña despierto en pleno corazón del Valle de Benasque. En Sesué, a la sombra del Aneto y de la Maladeta, Vigo comenzó a practicar el esquí cuando solo tenía cuatro años junto a su hermana Berta en las pistas de los Llanos del Hospital. Hace pocos días disputó la competición más importante de su vida, el Mundial júnior en Val di Fiemme. Pero sus objetivos son mucho más ambiciosos. Quiere suceder a Emiliano Morlans y Diego Ruiz, los únicos esquiadores de fondo aragoneses que han disputado los Juegos Olímpicos.

Sochi es una cita muy precipitada para el benasqués. Por eso piensa mas bien dentro de cuatro años en Corea del Sur. "No estaría mal ir allí. Tendría 20 años, pero me queda mucho camino por delante y hay que entrenarse mucho. No me agobio y ahora la prioridad son los estudios, aunque me gustaría llegar lo más lejos posible en el mundo del deporte", afirma este deportista que quiere encauzar su futuro laboral por la fisioterapia.

Pese a su juventud, Vigo está volcado con el deporte. La semana pasada compitió en el Mundial de su categoría en Val de Fiemme. Regresó a su casa de Sesué el lunes. Solo le dio el tiempo de estar unas horas con sus seres queridos puesto que el martes cogía un avión con sus compañeros del Centro de Tecnificación para llevar a cabo una estancia de diez días en Oslo. Allí realizarán intensos entrenamientos de esquí de fondo dirigidos por Magda Genuin, la directora del centro.

Experiencia única

Su experiencia en el Mundial Júnior ha sido única. "Es la competición más importante que he disputado en mi vida y mi objetivo era aprender. El ambiente era impresionante y los equipos son muy profesionales. El nivel de las carreras era altísimo y había competidores que me sacaban más de cuatro años", dice.

En su debut, Vigo estuvo un poco nervioso. Era en la modalidad de esprint con una distancia de 1.500 metros. "Pero una vez que comencé, me tranquilicé. Disputé la clasificatoria, pero no alcancé las baterías. Terminé en el puesto 80 y gané a ocho esquiadores", indica. La prueba que mejor le iba eran los 10 kilómetros de estilo clásico. "Aquí tenía más expectativas, pero nada más salir tuve problemas con un bastón. Perdí muchísimo tiempo y me tuvieron que dar uno nuevo. Me había pasado muy pocas veces. Al final terminé en el puesto 91". Nunca olvidará el recorrido por las montañas de los Dolomitas. "Era durísimo y tenía muchísimas cuestas. En esa estación se hicieron el año pasado los Mundiales absolutos". El equipo español lo componían cinco esquiadores. Eran los júniors Mario Parodi y Marta Cestar junto a Marti Vigo y los sub-23 Óscar Hierba y Maialen López.

Marti Vigo comenzó a practicar esquí casi antes de aprender a andar de la mano de su hermana Berta. "Ahora yo tengo 16 años y ella 22. Berta ha estado muchos años practicando esquí de fondo de alto nivel. Ahora hace esquí de montaña. Está muy quemada del fondo y quería probar otras cosas", indica.

Historial

Vigo ya tiene un historial magnífico. El año pasado fue campeón de España de todas las modalidades y ganador de la Copa de España cadete, imponiéndose en todas las pruebas de esta competición. Aunque es natural de Sesué, ahora estudia en Jaca y se entrena con el CETDI. "Este año tenemos muy buen ambiente en el grupo y el cambio de entrenador me ha convencido. Magda Genuin me gusta más como entrenadora que el anterior. Es muy buena, paciente y constante. No puedo decir nada malo de ella porque es una pasada como técnica. Sabe mucho y ha estado en lo más alto del fondo internacional, terminando la cuarta de los Juegos Olímpicos". En Jaca, Vigo estudia por la mañana primero de Bachiller y por la tarde sube a Somport y Candanchú a entrenarse. "Esquiamos un par de horas y también hacemos gimnasio", afirma el benasqués.