Ivan Rakitic guió con maestría al Barcelona, que encarriló la eliminatoria de dieciseisavos de final con una victoria contundente (0-4) en El Alcoraz, donde el Huesca dejó muy buena imagen en una noche que quedó en una fiesta incompleta. El equipo aragonés cumplió el sueño de enfrentarse por primera vez en su historia al equipo azulgrana, pero no pudo competir con la calidad de su rival pese a que dejó buenos momentos de juego y acumuló ocasiones más que suficientes como para marcar al menos un tanto.

Andrés Iniesta reapareció después de 40 días lesionado para dejar su huella con un golazo marca de la casa. Esa fue la mejor noticia para el conjunto de Luis Enrique Martínez. Iniesta, necesitado de minutos, de confianza y de buenas actuaciones para encontrar su mejor versión, ha vuelto. Falta tiempo para verle en plena forma, aquella que hace tiempo que no aparece, pero que asomó en un estadio ansioso por ver por primera vez en su historia al Barcelona.

Los aficionados altoaragoneses nunca, ni en un amistoso, recibieron en su ciudad al club azulgrana. Las gradas supletorias aumentaron la capacidad del estadio de El Alcoraz, que superó los seis mil espectadores.

Ivan Rakitic fue el responsable del buen juego del Barcelona con una actuación soberbia, sobre todo en la primera parte, en la que dio un recital de juego, pases y puntería. Se encargó de aliviar cualquier tipo de presión con un golazo de falta en el minuto 12. Mandó la pelota a la escuadra de Dani Jiménez, que no pudo hacer nada más que admirar el tanto del balcánico.

Fue el preludio del otro golazo de la noche. Unos minutos después, Iniesta inició un contragolpe con un pase genial a Pedro. El canario taconeo a Rakitic, que se la cedió al manchego, que, desde fuera del área, con el exterior del pie, mandó la pelota a la red de la portería del Huesca.

El Huesca no perdió la cara al choque. Por la banda izquierda, Josan volvió loco al brasileño Douglas, desbordado casi en cada intentona del jugador alicantino. Tal vez Luis Enrique tomó nota. Pero no solo del lateral, también de los menos habituales que disputaron el choque.

Unos pasaron la prueba mejor que otros. Rafinha, el alemán Marc-André ter Stegen, Sergi Samper, Munir El Haddadi e incluso Pedro, autor del tercero con un derechazo desde fuera del área, y Ter Stegeen, quien evitó el primero del Huesca tras salvar un mano a mano ante Guillem Martí.

Con el 0-3, el trabajo ya estaba hecho para el Barcelona. Los hombres de Luis Enrique despegaron el pie del acelerador, aguantaron las acometidas del Huesca e incluso tuvieron tiempo para marcar el cuarto por medio de Rafinha. Aun así, el Huesca dejó una gran imagen y peleó hasta el último minuto en una noche para la historia.