La vida de Edu García ha cambiado mucho. Aquel muchacho de sonrisa radiante, rebosante de deseos por triunfar con el león en el pecho se vio obligado a pasar página. Lo tuvo que hacer lejos de su tierra y de su país, porque al fútbol le cuesta ser consecuente; no entiende de ilusiones, y menos de merecimientos. Su año vestido de blanquiazul no solo le permitió crecer como persona y futbolista, fue una oportunidad para seguir progresando en su carrera bajo el encanto del fútbol asiático. Primero aterrizó en la India, donde dejó una huella imborrable, y que le permitió dar el salto al efervescente fútbol chino. «Todo esto es un sueño, aunque sin el Real Zaragoza no hubiera podido estar viviendo esta experiencia tan bonita», dice Edu.

Su paso por el Bengaluru FC no fue una mera experiencia, ya que el chico curtido en las categorías inferiores zaragocistas tuvo el privilegio de ser el primer jugador en marcar con este club en la Superliga india. Este hecho aumentó, aún más, su afinidad con la hinchada. Era venerado por la calle. «Recuerdo que la gente me paraba con admiración. Me daban abrazos e, incluso, me pedían que les diera la mano». La pasión de la gente estaba desbocada, el Bengaluru, conocido popularmente como ‘el equipo del pueblo’, era el líder de la competición y Edu era considerado uno de los pilares maestros de aquel brillante año. El cartel que el aragonés se estaba labrando el mercado asiático le sirvió para recibir una seductora propuesta desde China para unirse al proyecto del Zhejiang Greentown.

Un traspaso pionero

Edu no solo hizo historia por ser el primer aragonés en marcar en la Superliga, también ha sido el primer traspaso por dinero en el fútbol indio. «Nunca te imaginas que un equipo va a pagar una cantidad importante por ti sin ser una estrella. Es algo que me hizo sentir importante. De algún modo es cumplir con aquello que sueñas desde crío». Las negociaciones por el fichaje fueron largas y derivaron en una cantidad alta, «para un equipo de Segunda española hubiera sido un desembolso muy serio». La ciudad de Hangzhou se ha convertido en su nuevo hogar. Todo un paraíso terrenal, considerada uno de los lugares más bellos del país. «Yo y mi mujer quedamos impresionados. Es un sitio muy verde, envuelto por montañas. Nos encanta perdernos en la ciudad cuando tenemos un rato libre», explica el zaragozano.

Hangzhou es una ciudad de postal. Representa la clásica estampa de bellos rasgos orientales, con lagos eternos que se funden con el color del cielo. Donde la belleza artificial de los rascacielos queda anulada por el manto de su naturaleza. Esta ciudad es considerada uno de los pulmones de China, algo que queda reflejado en el nombre de su equipo de fútbol, el Greentown Zhejiang. Pese a estar en la Segunda División cuenta con una estructura propia de un club de primer nivel europeo. «Tenemos un chófer que nos lleva a la Ciudad Deportiva. Desayunamos juntos, luego vamos a nuestra habitación personal o vamos al fisio que tenemos, y después entrenamos. Intentan emular la organización de los equipos de Premier League». Una infraestructura fruto de la colosal inversión económica que se hace en este país asiático. De hecho, Edu juega sus partidos de local en el Green Dragon Stadium, con capacidad para 51.000 personas, «aunque solo van unos 8.000».

Adaptación a China

La única traba que ha tenido Edu en esta nueva cultura ha sido el idioma, ya que en China no se habla inglés. «No me he atrevido con el chino, me parece un idioma muy complicado. Pero mi mujer sí, tiene una profesora particular y ya empieza a hablar y a moverse. En los aspectos básicos de la vida se encarga ella de hablar, si no utilizo el traductor que nos ha puesto a nuestro servicio el club de fútbol», relata. Otro de los aspectos a los que tuvieron que enfrentarse fue el bloqueo de internet externo al que está sometido a China. No existe WhatsApp o Twitter, ahí tienen otras aplicaciones propias del país. «He tenido que configurar mi móvil como si estuviera en Estados Unidos para poder conectarme», dice Edu entre risas.

El zaragozano es uno de los futbolistas de mayor prestigio del equipo. Un extranjero con reputación sobre el que cae parte de la responsabilidad de marcar las diferencias. A sus pocos meses de estar en el Zhejiang ya sabe lo que es marcar dos goles en un mismo partido siendo, posiblemente, el primer aragonés en anotar un gol en una de las grandes Ligas chinas. Su aportación se presume importante de cara a los objetivos del club asiático en esta temporada, ya que en este inicio de Liga está cerca de los dos puestos que permiten ascender a la Superliga de China. «Sería bonito poder jugar en la máxima categoría con todas esas estrellas, imagínate que me toca jugar un partido contra Iniesta».

El fútbol ha cambiado la vida de Edu García. Aquel chaval que suspiraba por labrarse un futuro mientras trotaba por la Ciudad Deportiva. Una distancia sideral con su tierra que no le impide seguir los partidos del equipo de su corazón. «No puedo echarme a dormir sabiendo que está jugando el Zaragoza. Me tengo que poner la alarma para despertarme de madrugada y poder verlo. Es el club de mi vida y por el que sufro», explica Edu García. Un aragonés que está triunfando en Asia.