La supervivencia a la primera campaña en la máxima categoría del fútbol sala femenino español es el objetivo principal del Sala Zaragoza a falta de nueve jornadas para la conclusión del campeonato. Jesús Muñoz, entrenador y presidente del Sala Zaragoza, considera que «la situación deportiva continúa en proceso de adaptación» aunque la valoración es «más que positiva» por parte de todos los estamentos del club.

Las zaragozanas afrontan el tramo de final de la temporada en penúltima posición a cuatro puntos de la salvación tras haber pasado ya las fechas más duras del calendario. «Se augura fundamental llegar al final de temporada con una fuerte mentalidad y con opciones. Las primeras jornadas hemos ido jugando contra las más fuertes y como va pasando el tiempo nos enfrentamos con las que menos puntos tienen», declaró Muñoz sobre la importancia del estado anímico de su equipo.

Un panorama que se antoja complicado para el conjunto aragonés, que solamente ha sumado nueve puntos en lo que llevamos de campaña. Sin embargo, el técnico aragonés confía en revertir la situación. «Cada vez el equipo está más maduro y mentalmente más cerca del objetivo. Cada partido es una final, nos separan cuatro puntos de la salvación pero vamos a competir lo máximo en los 27 que quedan por jugarse».

Las aragonesas deberán mejorar sus números como locales donde solamente han conseguido rascar una victoria y un empate. El factor cancha se antoja esencial en este último esprint final por mantener la categoría en el que el Sala Zaragoza debe recibir la visita del Ourense, Alicante, Amarelle, Leganés y Guadalcacín, rivales directos en la lucha por el descenso. «La permanencia pasa por ganar esos cinco partidos que quedan en casa y rascar algo fuera», sentenció el entrenador.

MEJORAR LOS NÚMEROS

El Sala Zaragoza pagó muy caro su condición de novato. Las chicas de Muñoz sufrieron el cambio de categoría tal como demuestran sus resultados en el primer tercio de temporada ya que no consiguieron ninguna victoria hasta la undécima jornada ante el Femisport (7-1). Con el objetivo de reflotar el proyecto, el mercado invernal sirvió como punto de inflexión para el club aragonés. A la disciplina llegaron Suzan, Livia y Jennifer desde Brasil. «Nos están aportando mucho y creo que van a ser determinantes en el desarrollo de la competición». Una adaptación al equipo que se está «notando» en los últimos partidos. «En este momento las chicas están rompiendo, están siendo ellas mismas y no hay ninguna limitación física que les impida dar lo mejor de ellas mismas», reconoció el preparador zaragozano.

Para intentar sumar los 15 puntos restantes en el pabellón de La Granja, las zaragozanas tienen que volver a poner sobre el parqué el gran juego que desplegaron en la victoria ante el Poio Pescamar (2-1). «Cada vez que se disputa una jornada todavía tenemos más opciones de salvación porque el equipo está más entero. Vemos que hay menos diferencia con los equipos fuertes», afirmó Muñoz sobre la mejoría del equipo, que ha sido galardonado con el premio ‘Zaragoza, Mujer y Deporte’ como mejor entidad deportiva en el 2018.

Una falta de acierto que no suele ser un quebradero de cabeza para Muñoz. El Sala Zaragoza acumula mejores cifras ofensivas que sus rivales directos (Amarelle y Guadalcacín), 37 goles a favor. Sin embargo, los números ofensivos no están acompañados por una buena actuación defensiva debido a los 95 goles en contra recibidos por las aragonesas. «Hemos vivido verdaderos desastres a nivel competitivo en forma de resultados muy abultados. La no experiencia y la falta de preparación se han ido arrastrando debido a la apuesta por la continuación del bloque del ascenso. Ha habido una tendencia general a bajar los brazos con un resultado adverso», concluyó Muñoz.