«Cuando Serena está en ‘modo Serena’, atención porque se convierte en una matadora sin piedad. La fuerza que emana da miedo a sus rivales», alerta su entrenador Patrick Mouratoglou. El técnico francés sabe de qué habla porque ha trabajado con la exnúmero 1 en momentos críticos de su carrera. El último, con los problemas que Serena Williams tuvo tras el parto de su hija Olympia, cuando tuvo que pasar varias semanas ingresada por una embolia pulmonar en la que se llegó a temer por su vida. Y diez meses después, hoy (14.00 horas, Movistar), entrará una vez más en la central de Wimbledon en busca de un octavo título con el que superaría a la alemana Steffi Graf y el 24 Grand Slam de su carrera para superar también el récord de 23 que comparte con la australiana Margareth Court.

Súper mamá ha vuelto al trabajo dispuesta a demostrar al mundo que, a punto de cumplir los 37 años (26 de septiembre), no ha olvidado jugar al tenis y que siendo madre también se puede ser deportista de máximo nivel.Serena se ha reinventado una vez más para conseguir lo que parecía imposible. En 16 meses y habiendo jugado solo cuatro torneos vuelve a estar en la final de Wimbledon y la 30ª de su palmarés de Grand Slams. «No quiero obsesionarme con los récords. En definitiva solo es una cifra más que no cambia nada», valoró Serena.

Clasificada en el puesto 181 mundial a su llegada a Londres, aunque colocada como cabeza de serie 25 por su historial en el torneo, Serena Williams ya se ha colocado la 28 mundial antes de la final con la alemana Angelique Kerber y, si gana, se colocará la 19 mundial. En 15 días habrá saltado 163 plazas.

La fórmula para conseguir su espectacular recuperación ha estado fundamentada en su capacidad mental para superar adversidades y su pasión por el tenis. «No tenía nada que perder. Pero el camino no ha sido fácil y por las dificultades es increíble para mí estar aquí ahora», aseguraba tras alcanzar la final. «Serena es una guerrera, una gran campeona y por eso está donde está», asegura Kerber, su rival en la final que ambas repitiereon hace un par de años con triunfo de la señorita Williams (7-5, 6-3), ahora señora Williams-Ohaian porque Serena no ha querido cambiar su apellido tras su matrimonio.