No hay descanso para Javi Ros. El tudelano es el único integrante de la plantilla del Real Zaragoza que ha disputado todos los minutos tanto en Liga como en Copa y que no ha descansado un solo segundo. Ros lo ha jugado todo y amenaza con seguir haciéndolo al menos en los próximos partidos, habida cuenta de los problemas en forma de lesiones que se acumulan en la medular, con James y Guti fuera de combate y Eguaras todavía en la recta final de la recuperación de su pubalgia.

Ros, el único de esa demarcación que no ha caído lesionado, está fuerte. Se diría, incluso, que el tudelano atraviesa por su mejor momento desde que llegó al Real Zaragoza hace casi tres años, en el mercado invernal de la campaña 2015-16. Desde entonces, el centrocampista ha alternado etapas como titular con largas estancias en el banquillo, aunque su presencia en las convocatorias ha sido una constante. Pero es ahora cuando los galones de Javi Ros, segundo capitán por detrás de Zapater, lucen más que nunca. Como él, Cristian Álvarez, Benito y Grippo lo han jugado todo en Liga, pero solo Ros también participó en Copa frente al Deportivo. Y lo hizo los 90 minutos. Sus otros tres compañeros descansaron.

El momento más dulce del medio navarro llega de la mano de Imanol Idiakez, un técnico con el que ya coincidió en la Real Sociedad B durante un año y medio. Las ausencias de Guti y Eguaras pronto le otorgaron un papel principal en la medular zaragocista. Ros daba un paso al frente, se erigía en uno de los jugadores con más minutos en la pretemporada y afrontaba el comienzo del campeonato liguero convertido en uno de los fijos. Ya en el primer encuentro, frente al Rayo Majadahonda en La Romareda, el medio transmitió autoridad y confianza. Completó un buen partido en la parte derecha del rombo y marcó un penalti cometido sobre él mismo. El tanto acabaría siendo decisivo para la primera victoria del Zaragoza (2-1).

EL RECITAL

Pero fue en Oviedo donde completó la que fue, posiblemente, su mejor actuación como zaragocista. No solo asistió a Álvaro en el primer gol de la escuadra aragonesa, sino que rozó la perfección ya desde el mediocentro. También destacó ante Las Palmas, partido en el que el Zaragoza mejoró las prestaciones ofrecidas una semana antes en Reus, y fue uno de los más destacados del equipo en Almería, donde los de Idiakez sumaron la primera derrota del curso frente a un rival inferior.

El comienzo inmaculado de Ros adquiere cierto paralelismo con el inicio de la pasada campaña. Entonces, el navarro también empezó fuerte, a pesar de ser suplente en la primera jornada disputada en Tenerife y fue titular en tres de los cuatro partidos siguientes, completando 367 minutos en las cinco primeras jornadas.

En la temporada 2016-17 -su primera completa como jugador zaragocista-, Ros fue de menos a más. Solo fue titular en una de las cuatro primeras jornadas, pero luego se convirtió en fijo. Jugó 38 partidos, de los que en 33 fue titular, al igual que en los 16 encuentros que disputó en la segunda vuelta anterior, tras fichar por el Zaragoza en enero procedente del Mallorca.

Renovado en junio para las dos próximas temporadas, Javi Ros está de dulce. Así lo pregonan no solo sus números sino su fútbol, más sólido y menos errático. Da la sensación de que se encuentra mejor en el mediocentro, donde su capacidad de sacrificio, esfuerzo y solidaridad adquieren mayor relevancia que en el interior, donde cumple. Y también al equipo parece sentarle mejor el tudelano en esta posición, en la que puede explotar colocación y rigor defensivo, dos de sus mejores virtudes. Esa demarcación, además, no exige tanta presencia ofensiva y llegada, aspectos en los que Ros no destaca, y el recorrido es mucho menor.