Eusebio Unzué bebía un agua con gas con una rodaja de limón y un poco de hielo. Sentado en la terraza de su hotel en Alicante seguía perplejo por la caída de Richard Caparaz en un critérium holandés al que acudió sin permiso del equipo. El mánager del Movistar analizaba la carrera, cómo creía que iban a transcurrir los primeros días de la Vuelta, siempre por tierras alicantinas. Se le advertía, «todos dicen que el Jumbo ganará la contrarreloj inicial por equipos». Corregía el técnico navarro. «Pues se van a llevar una sorpresa, porque la victoria será del Astana».

En el mundo del ciclismo todos se conocen y aunque cierren las puertas, aunque no enseñen las cartas a los enemigos, como si en vez de correr la Vuelta a España fuesen a jugar una partida de póker, hay cosas que no pasan desapercibidas. Por eso, Unzué, preocupado por el potencial del conjunto kazajo y por la fuerza de un Miguel Ángel López al que todos llaman Superman (primer líder de la carrera), intuía que el Jumbo, el gran favorito en el estreno de la ronda española, en una crono por equipos de apenas 13 kilómetros, se iba a quedar con las ganas de confirmar los pronósticos.

CAÍDA DEL JUMBO

Es verdad que el conjunto holandés, que llegaba a la Vuelta después de ganar la etapa de idénticas características en el Tour, era el gran favorito y que se accidentó en una caída que afectó a todo el equipo. Tomaron una curva mojada presumiblemente por un escape, se asustaron, se tocaron y casi todos (entre ellos Primoz Roglic) se fueron al suelo. Pero cuando se accidentaron llevaban peor tiempo que el Astana.

Hay equipos que se han apuntado a la carrera para ganar etapas, provocar fugas, buscar un triunfo al esprint y hasta con la ilusión de llevar algunos días el jersey rojo de líder. Pero hay tres escuadras (Astana, ayer sobresalientes, Movistar, cumplidores y Jumbo, desafortunados) que sobresalen del resto. Los tres vienen con la intención de ganar no una etapa, aunque tenga el colorido de épica, sino la Vuelta en Madrid. Y en el Astana está Superman, el ganador de la Volta y el ciclista que si no se lució más en el Giro, ausente del Tour, fue porque caídas y averías mermaron su actuación.

López ha venido a por la Vuelta y en Torrevieja, a las primeras de cambio, en una etapa alegrada por la belleza de las montañas de sal, ya se situó como líder de la carrera porque fue el primer corredor del Astana que cruzó la meta. La Vuelta ha empezado con Unzué acertado en su pronóstico y con un Astana alzando ya el brazo para que quede claro que no han acudido de paseo. El Movistar acabó séptimo a 16 segundos, aunque el aragonés Arcas (a 1.41 minutos) perdió más tiempo, y el Euskadi Murias de Barceló y Samitier terminó vigésimo a 46 segundos. Samitier es el primer aragonés, en el puesto 110.