España acude con grandes esperanzas a los Campeonatos de Europa que se celebran en Berlín del 6 al 12 de agosto. El Comité Técnico de la Federación Española dio a conocer ayer el equipo que componen 96 atletas, 52 hombres y 44 mujeres. Entre ellos se encuentra el zaragozano Toni Abadía, que disputará los 5.000 metros junto a Adel Mechaal y Chiqui Pérez. Tras los magníficos Campeonatos de España el equipo nacional acude a Alemania con amplias expectativas.

En la categoría masculina los líderes son Bruno Hortelano y Orlando Pérez. También destaca la tripleta del 800 con Álvaro de Arriba, Daniel Andújar y Saúl Ordóñez, Adel Mechaal, que doblará 5.000 y 10.00, Javier Guerra en el maratón y el relevo largo capitaneado por Husillos y Hortelano. En el equipo femenino las esperanzas están puestas en Marta Pérez y Ester Guerrero en los 1.500 y Ana Peleteiro en el triple.

Entre todos estos atletas había una aragonesa que consiguió la mínima de asistencia. Cristina Espejo corrió los 1.500 hace seis días en Dublín en 4.09.34, pero desgraciadamente no acudirá al Europeo. Se lo jugaba todo el domingo en el Nacional. Pero derrengada tras la búsqueda de la marca soñada terminó en la octava posición. En esta distancia hay oberbooking y acudirán Marta Pérez, Esther Guerrero y Solange Pereira. Sin embargo, en los 800 no irá ninguna española después de muchos años, Guerrero se pasa de distancia superior.

Cristina Espejo buscó el camino a Berlín durante doce días en los que disputó cinco milquis. Pero el final de la aventura no fue todo lo feliz que hubiera querido. La primera prueba fue el 11 de julio en el Mitin Ciudad de Barcelona. «Era un día ventoso y con humedad. Allí me retiré a los 1.100 metros de carrera». Tres días más tarde compitió en Kortrijk, en Bélgica. «Fue una carrera con muchos golpes, acelerones, frenazos... Al final terminé en 4.12.21, marca personal, pero no fue suficiente». Para acudir a Berlín Espejo tenía que bajar de 4.10.50.

La montisonense regresó a León. Ya pensaba en renunciar a la conquista de la mínima europea. «Quería descansar en casa. Pero lo volví a intentar porque estaba en mi mejor estado de forma. No había ninguna prueba en España y busqué una carrera en Dublín», indica Espejo. Viajó sola desde León hasta Madrid para coger un avión en dirección a Dublín. «Era mi última oportunidad y salí con mucha fuerza. Tuve un pequeño incidente a falta de 150 metros. Una atleta me agarró y allí perdería un segundo al menos». Con todo, Espejo terminó en unos magníficos 4.09.34.

El día siguiente Espejo viajó a Madrid donde el sábado disputaba las semifinales de los 1.500 del Nacional. «Estuve todo el día tirada en los aeropuertos. Llegué a las once de la noche al hotel. Cené, me duché y me fui a la cama. Fue en ese momento en el que me di cuenta que me dolían las piernas en la cama y me costó mucho dormirme», recuerda la montisonense.

EL NACIONAL

El sábado disputó la semifinal del 1.500. «Fue la carrera más rápida. Allí me dediqué a quitar carbonilla y me clasifiqué para la final». Calentando antes de la final se dijo para sus adentros: «¡Qué mal lo vas a pasar hoy!». En esa carrera Espejo terminó reventada en octavo lugar con 4.21.63. Marta Pérez venció a Esther Guerrero. «De primeras intenté seguirlas. Pero físicamente no daba para más a pesar de que luché hasta el último metro. A falta de dos vueltas pensaba que mis piernas no aguantaban 100 metros».

Espejo junto a su entrenador, José Enrique Villacorta, priorizaron la marca antes que el metal. «Me dijo que si me hubiese llevado un metal se habría acojonado conmigo. Llegando fresca creo que habría luchado por los metales con Pérez y Guerrero. Prefiero la marca a una medalla porque de cara al año que viene me abre muchas más puertas». Si Guerrero hubiera decidido correr el 800 en Berlín, Espejo hubiera tenido todas las papeletas para viajar a Alemania. «Villacorta es el responsable nacional del sector. Pero la decisión no era de él, sino de Esther Guerrero. Ella me dijo el sábado que no sabía lo que haría hasta la final. Allí podía pasar cualquier cosa. Le dije que había hecho bien», reconoce Espejo.