Iban a disfrutar de su pasión y se volvieron con un susto de muerte. Alejandro Graus y Víctor Hernández, ciclistas del CAI Club Ciclista Aragonés, sufrieron el pasado lunes por la mañana un espectacular accidente de tráfico en Santoña (Cantabria), donde se encontraban para disputar esta semana el Campeonato de España sub-23. La lluvia provocó que el vehículo en el que viajaban, un Citroën Xsara, se saliera de una curva y fuera a parar, tras dar varias vueltas de campana, 40 metros más abajo, al Mar Cantábrico. "En la caída pensé que me moría. Duró unos segundos pero para mí fueron años. Cerré los ojos y empecé a rezar. No nos hemos matado de milagro", cuenta ayer Alejandro, de 21 años, en su domicilio de Zaragoza y con 30 puntos de sutura en su pierna derecha. Su compañero de escapada y amigo, Víctor, de 20 años y natural de Escatrón, sufrió un fuerte pinzamiento vertebral que le mantiene ingresado en el Hospital Obispo Polanco de Teruel a la espera de unas pruebas.

El lunes, ambos se encontraban en un hotel de Santoña, donde habían acudido el domingo para preparar el Nacional tras disputar una prueba en Hernani. "Llovía y como no íbamos a entrenar fuimos a comprar detergente y unas gomas para la bici. Pero la tienda estaba cerrada y tuvimos que ir a Noja", relata Alejandro. Eran las 10.00 cuando tomaron la carretera de Montehano, conocida por ir serpenteando cerca de la costa. "Conducía yo. Como no conocía la ruta iba tranquilo, pero en la curva más cerrada había un gran charco. Hicimos aguaplaning y nos fuimos terraplén abajo", narra Alex.

ATURDIDOS Tras caer por un precipicio de 40 metros se encontraron medio sumergidos en el mar, muy cerca de la orilla. "Salí del coche, que se empezaba a inundar, y ayudé a Víctor, que estaba aturdido. Con el susto no sentía el dolor, pero tenía una herida en la pierna. Se me veía el hueso", dice Alex. Víctor sufrió un traumatismo en la cabeza, por lo que apenas recuerda lo sucedido, y un gran golpe en la espalda. "En ese momento no sabíamos lo que hacíamos. Incluso llegué a sacar las bicis y los rodillos del coche. Por suerte había marea baja, si no el mar nos hubiera engullido y no lo contamos", relata Graus, un rodador que este año ha ganado el Trofeo Caja Cantabria y el Morancho y está en la órbita profesional del Relax.

Tras ser recogidos en ambulancia fueron trasladados al hospital de Laredo. "Los médicos nos dijeron que fue un milagro, que en esa curva hay más de uno que se ha ido al otro barrio. La sala de espera estaba llena de gente", cuenta Alex.

Por la tarde, otra ambulancia les llevó a Zaragoza, mientras que Víctor Hernández, un escalador que iba a ser el líder del equipo en la próxima Vuelta a Ivila y en la Semana Aragonesa, fue ingresado en Teruel. En dos días le realizarán un tac y tendrá que estar doce días inmovilizado. "Esto le podía pasar a cualquiera. Por esto no nos van a quitar el ciclismo de la cabeza. Cuando podamos nos montaremos en la bici", afirma con rotundidad Alejandro Graus, consciente de que se han escapado por poco, por muy poco, del pelotón de la muerte.