Diana es muy cariñosa, obendiente y buena. Tiene seis años y su pareja es Tamara Hernández. Es una perra muy dócil y muy apegada al ser humano. «Pero una de sus virtudes es que es muy competitiva. Es una perra fuerte y atlética, un perro de caza de la raza braco de weimar. Pero ya no caza porque se ha perdido el instinto», explica su dueña. Ambas se llevaron la medalla de bronce en los recientes Campeonatos de España de canicross que se celebraron hace pocos días en Liendres.

Aún recuerda el maravilloso día en que Tamara conoció a Diana. «Me la regaló un exnovio. Es el mejor detalle que no podía hacer», reconoce con ironía. Desde entonces ambas no ha hecho más que crecer en las competiciones. «Hago canicross casi por casualidad desde hace cinco años. Descubrimos la afición en Huesca. Nos dio por correr y la perra tiraba bien», explica la deportista oscense.

Los primeros cuatro años competían en Aragón. «Ganábamos todas las carreras, incluso a los chicos». El año pasado decidieron salir fuera de Aragón y descubrieron la Copa de España. «Competimos en la localidad burgalesa de San Adrián de Juarros. Nos enfrentamos a una veintena de chicas». También disputaron el Campeonato de España que se celebró en Valladolid.

Este año Tamara ha dado un giro de tuerca y ha decidido ponerse más fuerte. Por ello sigue los consejos del técnico Alberto López. «Ahora me entreno cinco días a la semana. Hago series de velocidad, bicicleta y tres días me preparo con la perra. Uno de ellos ato a Diana con una bicicleta para que haga más fuerza», explica la oscense.

Este año decidieron hacer la Copa de España de canicross. Coincidían el mismo día la primera prueba del circuito aragonés en Monzón y la prueba de la Copa de España en la localidad catalana de Hostalrich. «Al final decidí disputar la prueba catalana. Fue una magnífica experiencia puesto que terminé en la segunda posición. Las otras dos pruebas de la Copa serán en Galicia y en Asturias», explica.

LA GRAN CITA

Después llegó la gran cita de los Campeonatos de España que se celebraron en Cantabria. Se llevaron la medalla de bronce. «Eran dos carreras en dos días seguidos de 4.100 metros. El primer día hicimos un tiempo de 13.23, a 3.15 el kilómetro. En la segunda me encontraba cansada y en el mismo circuito perdí 14 segundos. Además, las condiciones del circuito no eran las más idóneas puesto que había barro».

Gracias a esta actuación Diana y Tamara tienen las puertas abiertas al campeonato de Europa que se celebra en septiembre del año que viene en Bélgica. «Quedar tercera en el Nacional garantiza en un 50% ir al Europeo. Pero estamos cinco parejas muy igualadas», explica.

Los perros corren mucho más que las personas, que tienen que ser verdaderos atletas para aguantar el ritmo de los perros de competición. «Hice un test de 5 kilómetros y terminé en 40.5 y con la perra bajé un minuto. Diana siempre va a tope. En las bajadas técnicas paso hasta miedo. Prefiero las subidas. Ahora se realizan mezclas de perros a la medida para la competición», dice.

Diana podrá correr cuatro años más. «A estos perros les afecta el calor y el aburrimiento. Si se hace el mismo circuito, la perra se distrae y para entrenar cambio de lugares. Por otro lado, a partir de los 14 grados no se les deja competir. Cuando está cansada baja el ritmo y trota en vez de galopar. No se da cuenta cuando se mete en charcos y en competición no se para a beber agua». A veces los animales pueden tener reacciones inesperadas. «Una hora antes de la carrera debe estar hidratada y preparada y en competición nunca se ha parado a hacer sus necesidades. Las salidas son muy tensas y puede haber alguna mordedura de algún perro. Pero Diana siempre está concentrada y cuando se pone a correr va a lo suyo», explica.

Tamara Hernández tiene 28 años y es profesora de Lengua en el instituto de San Alberto Magno de Sabiñánigo. La deportista vive en Huesca. «En la capital del Alto Aragón hay afición al canicross. Tenemos 20 parejas del club La Parrilla, aunque yo soy del Mussing Monegros». Ya ha llegado el relevo de Diana. Se llama Guara. «Es un braco de un año que le regalé a mi padre. Ahora solo juega, se pone detrás de Diana y no tiene todavía el concepto de la carrera», finaliza.