El Tecnyconta Zaragoza está jugando con fuego. Contra el San Pablo Burgos acabó quemándose, superado de cabo a rabo por su rival, y en la clasificación de la Liga Endesa empieza a oler a chamuscado. Aunque Gary Neal intentó hacer de apagafuegos, no fue bombero suficiente para evitar una nueva derrota (73-79) ante un rival directo y de nuevo la sensación de un equipo nervioso, timorato, encogido, que solo tiene una victoria de colchón con el descenso pero que ha perdido todos los cara a cara con los equipos de abajo, lo que le va a obligar a estar especialmente alerta en la segunda vuelta si no quiere verse consumido por las llamas.

Su partido contra el San Pablo Burgos fue nefasto, indigno a ratos. Las buenas palabras acabaron perdidas en el viento y el Tecnyconta volvió a ser como acostumbra, un equipo incapaz de gobernar los partidos ni de entender lo que debe poner en la pista para superar a su rival. Ayer dejó que el San Pablo Burgos campara a sus anchas en el Príncipe Felipe. Solo Barreiro puso fe y ganas constantes, únicamente Neal tuvo puntos (18 en 30 minutos después de tres semanas de baja). Con un buen trabajo para el uno contra uno, en el rebote y corriendo a la contra, el equipo de Diego Epifanio le hizo un roto considerable al de Jota Cuspinera, que no encontró soluciones. Empezó sin defender y se encontró 16 abajo en el primer cuarto (12-28). Cuando quiso aplicarse atrás le seguían faltando puntos en las manos. Un poco de Varnado por dentro, alguna penetración de McCalebb y poco más.

El Tecnyconta se obligó a ir a remolque toda la tarde. Solo estuvo por delante en el marcador 2.20 de los 40 minutos del partido y no tuvo nunca ritmo ganador. Le ocurrió lo habitual, conforme iba fallando en ataque se precipitaba en las sucesivas acciones generando más fallos y cada vez peores ataques. Tampoco tuvo la solución en el rebote. 41 le cogió el Burgos por los 25 que capturó en toda la tarde. No dominó los aros ni la larga distancia ni compartió el balón lo suficiente. Cuspinera puso dos bases, a Barreiro de cuatro, a Neal y Blums juntos, cambió los pívots, puso todo pequeños por fuera... nada funcionó con la consistencia suficiente.

Aún así el Tecnyconta fue capaz de lo más difícil, darle la vuelta al marcador al final del tercer cuarto (57-55, min. 28). Fue un espejismo que duró apenas un par de ataques porque Sebas Sáiz volvió a poner las cosas en su sitio en un periquete. El que pudo ser y no fue jugador del Tecnyconta ofreció un recital de juego y acierto. Inmaculado en tiros de campo (9/9), fue el puntal del San Pablo Burgos junto a Jenkins, al que el Tecnyconta tampoco supo ir a buscar cuando se le acumulaban las faltas.

La defensa aragonesa fue un poema casi toda la tarde. Más aún en el momento decisivo, un último cuarto en el que el Burgos volvió a sentirse muy cómodo, demasiado poco exigido por un Tecnyconta que no entró en bonus hasta el último minuto. Así que festejaron los 500 burgaleses que no dejaron de animar en toda la tarde y volvió a salir cabizbajo, cariacontecido y silbado el Tecnyconta. El público aragonés se marchó en un número considerable antes de que terminara el encuentro y eso es lo peor que puede pasarle al equipo, la indiferencia de su gente, que le dé la espalda. Para que eso no suceda el equipo de Jota Cuspinera debe ofrecer más, mucho más. Entre otras cosas porque este ritmo de victorias solo conducen a las llamas del infierno. Es lo que tiene jugar con fuego.