Que no hay partido fácil es algo que los entrenadores repiten una y otra vez. Casi siempre con razón, tal y como argumenta Sergio Lamúa. «A priori tenemos la valentía o la imprudencia a veces de, como no conocemos a los rivales, a los jugadores, pues pensamos que va a ser un equipo cómodo de jugar, una cenicienta del grupo, y está demostrando que no es así. Ha ganado todos los partidos de casa pero es que lleva 19 partidos seguidos ganando en casa. Son líderes de la Liga húngara, que no es una competición de alto nivel europeo, pero que tiene buenos jugadores y en Europa está jugando francamente bien. Ganó en Salónica, lleva cuatro partidos en casa ganados. Es un equipo complicado y que en casa se hace fuerte», señala el ayudante de Fisac.

Así que el Casademont tendrá que esforzarse. Y mucho. «Tendremos que dar un plus si queremos ganar allí porque para nosotros sería vital porque tendríamos muchas más opciones de clasificarnos ganando los partidos de casa. Pero es un equipo que juega muy bien al baloncesto, que maneja muy bien las situaciones de uno contra uno, con interiores físicos que nos van a poner problemas en el rebote». Para Lamúa serán claves la defensa, el rebote y que el Casademont pueda poner su ritmo de juego.