--Muchas demandas son por impagos, que son casos perdidos.

--Hay de todo. También he visto muchos temas televisivos y algunos con resultados positivos. Todo se verá. Además, más que aterrizar en el Zaragoza, nos hemos estampado contra él, nos hemos dado de bruces contra una realidad caótica que solo descubrirla supone un trabajo ingente. Nos hubiera gustado estudiar la situación varios meses, pero ha sido sentarnos en la silla y empezar a recibir llamadas con problemas, contratos e historias. De momento estamos devolviendo pelotas como en el tenis.

--¿Cómo está la negociación con Hacienda? Tras pagar el corriente, en septiembre hay un frente decisivo con esos 18 millones.

--He hablado ya con la territorial, pero el problema está en Madrid. Lo veremos con ellos a finales de agosto. Telefónicamente ya nos han dicho que en todo lo que sean retenciones no quieren aplazamientos. Es lo que le está pasando al Racing y al Murcia. Y en nuestro caso esas retenciones suponen una cantidad muy importante, la práctica mayoría.

--Pero en septiembre no tendrán esos 18 millones.

--Salvo que nos toque la lotería (sonríe). Hay que hacerles ver que con un calendario de pagos razonable tenemos capacidad para pagarlo. En Segunda hay más dificultades, pero nuestro lugar es la Primera, donde la situación financiera cambia.

-- Los anteriores accionistas basaron su propuesta en los contratos televisivos.

--Eso no puede ser. Lo que no podemos es decir que si subimos el dinero de la TV va para Hacienda. Eso es engañar a Hacienda y a nosotros, que regresaríamos a Segunda de cabeza. Hay que repartir la deuda en varios años y además comprometernos con el superávit de cada temporada, tratar de negociar e ir eliminando deuda adelantando esa cantidad. La deuda actual ya tiene una hipoteca y eso supone suficientes garantías. La cuestión es utilizar las mismas garantías pero modificar el calendario. Pero la base no puede ser el contrato televisivo. Como mucho, se puede pignorar una parte de esos derechos para la parte que nos corresponda de una temporada.

--La limitación de presupuesto de la plantilla es de 2,5 millones. ¿Qué se puede hacer con eso?

--Ese es nuestro problema. Solo nos permite fichar a coste salarial muy bajo y, claro, con la carta de libertad o cesiones. Es fichar casi por el salario mínimo del futbolista, que es de unos 64.000 euros. Puedes moverte en algunos a los 100.000, pero no te puedes ir mucho más de esos números. Y luego tenemos pendiente de confirmar las cifras con la Liga porque una sorpresa que nos hemos encontrado es que hay una sanción por un año por incumplir pagos a jugadores en diciembre que podría limitar aún más esa cantidad inicial en la masa salarial.

--¿Y harán una plantilla digna?

--Lo vamos a intentar. Es muy difícil, desde luego. Pero seguro que el equipo saldrá a dejarse la piel. Es lo único que vamos a exigir a todos los jugadores, sean buenos, malos o regulares.

--El ascenso es casi obligado antes del 2016 por el convenio de acreedores en Segunda.

--En esta Segunda tan igualada con una plantilla competitiva y echando ganas ya se consigue mucho. Si además tenemos el campo lleno, la afición volcada, estoy seguro de que todos los partidos de casa los ganamos. Nosotros vamos a pensar en ganar y en subir a Primera, pero la situación es tan compleja que eso no se le debe olvidar a nadie.

--¿Llenos en La Romareda? Venimos de una temporada donde nunca se sobrepasó la mitad del aforo y hubo muchos días de unos 10.000 espectadores.

-- A mí se me caía la cara de vergüenza de ver que estábamos cuatro gatos. Esperamos en la campaña de abonos una respuesta muy positiva porque una vez que has estado en el límite, en el abismo, yo creo que esa reacción es natural. A la afición le pedimos que nos ayude y apoye, que llene el campo, pero que sea comprensiva con la situación. Milagros ni nosotros ni nadie puede hacer y el resultado siempre va a estar condicionado por los medios, que son limitados.

--Ha estado ligado a la montaña y al balonmano, ahora el fútbol y el Zaragoza. Palabras mayores y material sensible, ¿no?

--Siento ese orgullo de poder trabajar por estos colores, pero también el respeto y la cautela de la dificultad. Desde la barrera es fácil criticar, pero desde dentro ves todos los problemas. De momento son todo ánimos y agradecimientos, pero como dice mi mujer al tercer partido que perdamos ya verás cómo esto cambia. Aunque espero, claro, que eso no suceda.