Los nervios y la tensión se han disparado en los Memphis Grizzlies que ayer encajaron su tercera derrota consecutiva en la cancha de los Dallas Mavericks (112-88) y siguen sin estrenar el casillero de victorias en este inicio de temporada de la NBA, en la que tienen depositadas grandes esperanzas.

La tensión entre los jugadores y el banquillo se pudo comprobar en el tercer cuarto, cuando Hubie Brown decidió sustituir a todo el quinteto titular, después de encajar un 12-3 y tras otro parcial negativo de 27-11 en el segundo cuarto que situó a Dallas en el camino del triunfo. Jason Williams se encaró con el hijo de Hubie Brown, Brendan Brown, que ejerce de segundo técnico del equipo y señala de manera habitual las jugadas ofensivas del equipo. De pie, y señalando constantemente al banquillo, Williams se encaró con Brendan Brown, hasta que sus compañeros le convencieron para que se sentara. La conversación entre Williams y Hubie Brown siguió, mientras seguía el partido, y el base abandonó la cancha sin hacer declaraciones.

"Hay algunas cosas que debemos resolver", admitió Pau Gasol, máximo anotador del equipo con 18 puntos. "Tenemos que encontrarnos de nuevo o, en caso contrario, vamos a pasarlo mal. Este juego es una cuestión de equipo. De química. De jugar juntos. Y espero que todo eso salga en el próximo partido", dijo el pívot español.