Era la quinta vez en ocho años que se batía el récord del mundo de maratón en Berlín, la carrera más rápida del circuito mundial. Y a los pies de la puerta de Brandemburgo se han logrado siete de las diez mejores marcas de la historia. En la capital alemana Haile Gebresalassie rompió la barrera de las dos horas y cuatro minutos cuando en 2008 batió por segunda vez la plusmarca con 2.03.59. Antes que él lo consiguieron el marroquí Khalid Khanouchi y el keniano Paul Tergat y después del etíope, los kenianos Patrik Makau y Wilson Kipsang el año pasado.

La pasada edición se estrenó el otoño con otro récord de un keniano. Es Dennis Kimetto, que dos años antes dejó ganar en Berlín a su compañero de entrenamiento Geoffrey Mutai. Kimetto acabó en un tiempo de 2.02.57 y le dio un mordisco a la plusmarca de Kipsang de 26 segundos.

Entre los 40.000 participantes hubo el pasado 28 de septiembre dos zaragozanas que fueron testigos de la gesta. Eran las corredoras veteranas Verónica Torcal y Anabel Navarro. "Me enteré del récord corriendo. Me lo dijo el médico de la organización en el kilómetro 25", explica Anabel Navarro, que llegó poco más de dos horas después que el ganador. "¡Tengo sana envidia de lo bien que corren los africanos!. No sé a qué ritmo iría Kimetto cada kilómetro. Seguro que por debajo de los tres minutos. ¡Vaya pasada!", explica la corredora popular.

Experiencia

Para Verónica Torcal era su tercer maratón. Antes compitió en Zaragoza y en París. "Me enteré muy pronto del récord del mundo. En Alemania dieron la carrera en directo y fue noticia en todo el mundo. Cuando puse en mi habitación el ordenador, tenía varios wassaps", afirma la veterana corredora.

Torcal pudo correr puesto que se lo regalaron unos amigos al cumplir los 35 años. "Me lo compraron por medio de una agencia chilena y les costó unos 250 euros. De organización es la mejor que he corrido. La ciudad se vuelca el fin de semana con el maratón. Ese sentimiento no lo tuve en París. Ahora mi objetivo es correr el año que viene en Londres", explica Torcal.

La inscripción

A Navarro le tocó la inscripción del maratón de Berlín por sorteo junto otro compañero de los 15 que se apuntaron del grupo denominado 7.45. La atleta del Stadium Casablanca ya había corrido los maratones de Valencia, San Sebastián y Nueva York. "Me gustó mucho el circuito y la organización de Berlín. Aunque la gente animando es un poco más fría que en Nueva York. Me quedo con esta carrera. El circuito de Berlín es todo llano y Nueva York tiene más subidas con el paso de los puentes. Las avenidas en Berlín eran largas y muy amplias. De lo contrario no se podrían hacer los récords del mundo que se baten. La temperatura en la salida era de 9 grados y la llegada era de 18 grados, una temperatura ideal", indica Anabel Navarro.

Torcal visita con frecuencia Alemania puesto que trabaja en la empresa germana Mann Hummel. "Allí tengo muchísimos amigos y compartí con ellos el fin de semana. No fui solo a correr, sino a disfrutar de la ciudad. He estado cinco veces en Berlín y la ciudad ha evolucionado mucho. Desde la caída del muro el cambio ha sido alucinante. Es una ciudad cosmopolita, pero no les gusta a los berlineses que haya tanto turismo". Torcal tenía miedo de sufrir el muro del maratoniano. En las anteriores experiencias sufrió el temido pinchazo en el kilómetro 32. "En mi facebook escribí que visité el Muro de Berlín el día anterior, pero no lo vi durante la carrera", explica Torcal.

Una de las cosas que más le gustó a Navarro del Maratón de Berlín a Navarro, que fue acompañada por su madre y una de sus hijas, fue la denominada Carrera del Desayuno. "Se celebra el día anterior al maratón. Se comienza corriendo muy lento y termina en el estadio olímpico, que es super bonito. Después te dan en unas carpas un desayuno gratuito en el que hay de todo, leche, café, té, bollos, fruta, agua... Tras el desayuno te vas para casa", concluye Navarro.