Caen las hojas del calendario en Primera División y el Huesca sigue colista. Tuteando al Madrid y al Sevilla, mereciendo más, pero acumulando derrotas y jornadas sin sumar que lastran al conjunto aragonés y le dejan con cada vez menos margen de error si quiere lograr la permanencia. La gran cuestión es si está a tiempo y el si el ritmo actual, la mejora experimentada desde la llegada de Pacheta, serán suficientes para que el Huesca pueda acumular dos temporadas seguidas en la máxima categoría por primera vez en su historia.

De momento, no. Porque el conjunto azulgrana continúa último en la clasificación a cinco puntos del Eibar que, tras la jornada 23, es el equipo que marca la salvación aunque está empatado a puntos con el Valladolid, antepenúltimo. Entre los aragoneses y ellos se sitúa el Elche con 18 puntos, dos más que el Huesca, tres menos que los otros dos, pero también con dos partidos pendientes. Al conjunto altoaragonés le quedan 15 jornadas por delante, 45 puntos en juego, en las que debe sacar seis más que Valladolid y Eibar y tres más que el Elche.

No parece descabellado ni, desde luego, imposible matemáticamente, pero el Huesca no puede perder más tiempo. El conjunto aragonés tiene ahora tres jornadas por delante antes de la visita al Camp Nou en las que debe aprovechar para tomar un nuevo impulso, aunque se va a medir a rivales de todo tipo. El próximo domingo visita El Alcoraz el Granada, octavo clasificado y aspirante a volver a Europa. Después le toca visitar Eibar, este sí enemigo en su misma pelea, ante el que puede darse un punto de inflexión para bien o para mal. Y siete días más tarde acogerá en casa a un Celta que va de subida tras la mejora contante y sonante que ha experimentado desde que cambió de entrenador.

Después del Camp Nou aún tendrá duelos directos en los que lograr su objetivo, pero para eso tendrá que llegar vivo a esas citas. Han de pasar aún por El Alcoraz el Osasuna, el Elche y el Getafe, todos ellos todavía haciendo equilibrios en la cuerda floja para no caer al abismo. Y ha de visitar al Alavés y al Cádiz, ambos también en la misma tesitura. Es decir, que de los 15 partidos que le quedan, seis serán duelos directos en los que se jugará buena parte de sus opciones de salvación.

La esperanza

El Huesca no pierde la fe. Se apoya en las sensaciones, en las mejoras experimentadas en las últimas semanas aunque no se hayan traducido en puntos, en que ha sido capaz de merecer más ante el Madrid y el Sevilla. «Partidos así nos van a llevar a lograr el objetivo», alegó Pacheta tras la derrota en el Sánchez Pizjuán. Desde luego, en Sevilla bien pudo marcar en tres ocasiones clarísimas pero Bono echó la persiana y le dejó sin premio.

Precisamente el gol es el camino por el que el Huesca puede encontrar su objetivos. El equipo aragonés es el segundo de la categoría que menos tantos ha anotado, 18. Solo el Getafe ha logrado uno menos (17), pero les ha sacado más rédito porque ha logrado cuatro triunfos más. El Huesca necesita ganar más partidos y, para eso, tendrá que marcar más goles. De momento la madera, ante el Madrid, y Bono, en Sevilla, han impedido esa mejora. Y el Huesca se está quedando sin tiempo.