No hay mayor prioridad para el futuro deportivo y económico del Real Zaragoza que el ascenso a Primera División. En pos de ese objetivo principal, la SAD ha de poner todos sus conocimientos y cuantos medios disponga a su alcance, convirtiendo en secundario cualquier otro propósito. Cambiaría tanto la vida a corto, medio y largo plazo para el club en caso de éxito al final de la temporada que cualquier ayuda, cualquier impulso, cualquier decisión en esa dirección es de obligado respaldo.

Por eso es perfectamente comprensible la postura de Víctor Muñoz con determinados futbolistas que no tienen ficha del primer equipo, pero que de facto están en su dinámica diaria. El entrenador quiere a tantos jugadores útiles como sea posible a sus órdenes, dada la limitación de fichajes de la LFP y por encima de cualquier otra consideración. Se juega mucho.

En ese contexto es donde hay que situar la figura de Tierno, que en dos meses de Liga no ha participado más que en aquel partido de Copa en Albacete. Muñoz no lo desdeña porque lo incluye en las citaciones, pero luego no le da la bola definitiva. Y ahí es donde surge la pregunta de difícil respuesta en este Real Zaragoza en el que poco es tanto y todos son necesarios en su rol. ¿Debería seguir Tierno así, inédito aunque en las convocatorias, o jugar con el filial si no tiene minutos arriba? Una vez más, en el término medio está la virtud.