Si alguien puede decir que la Copa de 1990 fue inolvidable es Jesús, Chuchi, Carrera. Con 24 años se convirtió en primer entrenador del CAI Zaragoza tras la destitución de Moncho Monsalve y, en una campaña muy irregular, el equipo conquistó su segunda Copa del Rey en Las Palmas. Alejado desde hace años del baloncesto profesional, sigue siendo el entrenador más joven de la historia en hacerse con el título.

"No me acuerdo tanto del partido de la final como del día siguiente, de volver a Zaragoza, de la gente que nos esperaba en el aeropuerto, en la Plaza del Pilar. Eso fue lo mejor de todo, la plaza estaba llena. De hecho, mi madre quiso llegar hasta mí para saludarme y le fue imposible". Carrera, dedicado ahora al márketing deportivo, echa la vista atrás para contar su experiencia. "Es curioso cómo la gente se acuerda de ti por ganar un título y hay otros entrenadores que han dedicado muchos más años y tienen menos reconocimiento", reflexiona.

"Fue una situación especial. Era la primera vez que entrenaba en ACB y el equipo llegó anímicamente mal porque nos acababan de eliminar de la Copa Korac en Italia. En cuartos ganamos al Valvi Girona, en semifinales fuimos un equipo contra el Madrid y a partir de ahí entendimos que teníamos una gran oportunidad ante un buen equipo como el Joventut".

Y el CAI Zaragoza aprovechó su oportunidad. "Hicimos un partido muy serio. Todo el mundo cumplió su papel. Pepe Arcega llevaba un mes lesionado, pero Marc Davis estuvo acertadísimo. Cuando un jugador marca diferencias es más sencillo", recuerda el exentrenador.

Chuchi Carrera llegó al CBZ como jugador de la mano de una figura imprescindible para explicar el baloncesto zaragozano de los ochenta: Pedro Enériz. "Pedro me sacó del colegio El Pilar y me llevó al CAI en juveniles. Jugué con Zapata y Pepelu (Abós) fue mi entrenador en júnior". Después, las vidas de Carrera y Abós se cruzaron e intercambiaron. El club buscaba un segundo para Manel Comas y le ofreció el puesto a Abós, pero el técnico no podía dejar entonces su puesto de trabajo en la GM. El siguiente de la lista era Chuchi Carrera.

"Estuve dos años con Manel Comas y luego con Zeravica. Aquella temporada la empezó Moncho Monsalve, pero en noviembre dejó el equipo y me lo ofrecieron a mí. Lo conocía bien porque ya llevaba cuatro años trabajando con ellos", explica Carrera. Comenzó al frente del equipo la siguiente temporada, pero no la terminó. "Perdimos ocho partidos seguidos y hacía falta un revulsivo. La situación estaba desbordada, era incómoda con los americanos. Ahora puedo decirlo, tuve problemas de gestión de vestuario, sobre todo con Magee. Fue una experiencia agria pero de la que también aprendí mucho".

Carrera estuvo después dos años en Madrid, colaborando con TVE y en un proyecto de las universidades americanas, entrenó un año en Canarias y le ofrecieron el banquillo del Liria en la ACB, pero el equipo fue expulsado por problemas económicos. "Mi agente estaba montando una empresa de marketing deportivo y me pidió ayuda. Cambié la ropa deportiva por el traje y la corbata. Dejé el baloncesto profesional con 29 años". Ahora Chuchi Carrera es un aficionado más que se alegra de los éxitos del CAI. "Pepelu decidió ser entrenador contra viento y marea. Ojalá sea él quien me suceda como último entrenador en ganar un título con el CAI".