Qatar, un circuito nuevo alfombrado de tierra del desierto, con una trazada, con un solo pasillito por el que deambular a 300 kilómetros por hora, bajo un calor asfixiante de casi 40 grados y totalmente nuevo para todos los pilotos, puso a prueba ayer a los mejores. Y los mejores, aquellos que han de ser buenos de verdad a las primeras de cambio, donde hay que pasar un examen sin apuntes, sin datos de años anteriores, donde las manos son más importantes que las máquinas, ahí, fue donde los españoles demostraron ser superiores a los demás.

En el trazado de Losail, el mallorquín Jorge Lorenzo (Derbi) volvió a hacer de las suyas y arrasó en 125cc con su bala roja . Otro tanto hizo Sete Gibernau (Honda), que apretó el acelerador desde que se apagó el semáforo, poniendo tierra, arena y asfalto de por medio, hasta cruzar la meta en plan campeón y refundando el Mundial, reconvirtiéndose en el único piloto del mundo capaz de inquietar a Valentino Rossi (Yamaha), que ayer se cayó. Su ventaja es ahora de sólo 14 puntos cuando quedan por jugarse 75.

Esto por parte de los que ganaron. Pero hubo más, mucho más. El que no venció ayer, por prudencia, por astucia, por sabio, por futuro campeón, pues ostenta el título de 125cc --al que pronto añadirá el de 250cc--, fue el ágil Dani Pedrosa (Honda), que cruzó la meta a rebufo del argentino Sebastián Porto (Aprilia), que se ha convertido ya en el único que puede amargarle el nuevo título. Al sabadellense sólo le falta sumar siete puntos más que el argentino para proclamarse campeón.

LA TRAMPA DE ROSSI Pedrosa huele a campeón. Y otro que lo será, que tiene todas las trazas, con trencitas y todo, es el chavalito Alvaro Bautista (Aprilia), que ayer fue tercero. Y para bueno, bueno, sobresaliente, valiente, atrevido, Rubén Xaus, capaz de correr con una moto carrera-clientes y entregar a su marca, la rica Ducati, el primer podio de la temporada. Porque, que lo sepan, lo que ayer hizo Xaus en Qatar no lo han hecho ni el mismísimo Loris Capirossi ni el australiano Troy Bayliss en todo el año con un presupuesto 10 veces superior al del modesto equipo del madrileño Luis d´Antin, que es donde corre Xaus. El tercer puesto del subcampeón del mundo de superbikes entre los reyes de MotoGP es gloria.

La trampa la protagonizaron Rossi y Biaggi, que fueron sancionados por la dirección de carrera a salir desde la última fila al descubrirse que sus mecánicos habían estado limpiando la zona de salida de sus pilotos para que las motos salieran disparadas. "Yo vi como los mecánicos de Max limpiaban su zona de la parrilla --contó Rossi--. Pensé que era una gran idea y se lo dije a los míos. Jeremy Burgess, mi técnico, fue a limpiar mi trozo de la parrilla, Sete lo vio y, como si fuese un niño mimado, fue a chivarse al profesor. No me puede ganar en la pista y usa malas artes".