Emoción al límite. Pasión desbordada. Un partido para la historia de Wimbledon que Rafael Nadal y Novak Djokovic deberán acabar hoy después de que ayer a las 23.02 en Wimbledon el árbitro argentino Damian Steiner decidiera aplazarlo porque la normativa vecinal prohibe los espectáculos, sin permiso especial, después de las 23.00. Todo abierto pero con ventaja para el tenista serbio, que se marchó a descansar con 6-4, 3-6 y 7-6 (11-9).

La batalla comenzó desde el primer punto. Nadal y Djokovic salieron mentalizados a no dejar respirar a su rival. Ni un paso atrás. Golpes profundos, potentes de línea a línea, casi sin errores y contestando bolas imposibles. En ese pulso que levantaba los «¡¡Oh!!» de los aficionados de la central, Djokovic consiguió romper el servicio de Nadal a los 37 minutos (4-3), una ventaja definitiva para ganar el primer set en 47 minutos.

El tenista serbio estaba pletórico y lanzado. Como en sus mejores épocas. Tuvo un break point para adelantarse 1-0, Nadal lo evitó y tras salvarlo logró su primer break. Había pasado 1 hora y 12 minutos. Djokovic lo recuperó en el siguiente (3-2) pero volvió a perderlo de inmediato (4-2). Empezaba a notar el esfuerzo y Nadal consiguió restablecer la igualdad en el marcador. El partido volvía a estar abierto en un tercer set que necesitó un tie break para resolverse antes de la suspensión.

Nadal y Djokovic empezaron pasadas las nueve de la noche porque Kevin Anderson necesitó un maratón de tenis de 6 horas y 36 minutos para imponerse a John Isner por 7-6 (6), 6-7 (5), 7-6 (9), 6-4 y 26-28 y jugar su primera final de Wimbledon. El duelo de ginates y sacadores se convirtió en una historia interminable para los otros dos contendientes, que tuvieron que jugar con el techo retráctil y luz artificial. El duelo de sacadores entre Isner y Anderson se decidió en los tie breaks. El primero para Anderson (8-6) y el segundo para Isner (7-5).

Tras dos horas y 20 minutos, con 3-3 en el marcador del tercer set, Anderson e Isner habían tenido solo cinco break points (3 y 2, respectivamente) sin poder concretar ninguno. La primera rotura llegó después de 20 juegos y tras 2 horas y 27 minutos. Anderson se lo ganó (5-3). La alegría duró un juego. Isner lo recuperó en el siguiente para encarar el camino a un tercer tie break que el estadounidense se apuntó (11-9), después de que Anderson perdiera dos bolas de set, la primera con una doble falta.

La sorpresa llegó en el cuarto porque no hizo falta tie break, se decidió por 6-4. El pulso entre Isner y Anderson se mantuvo hasta el 6-6 y, sin desempate posible, hasta el 24-24. Anderson se colocó 0-40 después de caerse y devolver una bola con su mano izquierda. El tenista surafricano consiguió romper el saque de Isner y en el siguiente juego certificar su victoria tras 6 horas y 36 minutos. «Creo que es una idea sensata utilizar el desempate. Estoy a favor de cambiar esa regla. Creo que es necesario», dijo Isner.