La sombra de una avería se antoja la única preocupación de Lewis Hamilton para anotarse la victoria en el GP de Italia. Su enorme talento, su magnífico coche, su primer puesto en la parrilla... allanan el camino al inglés, que ya venció en Monza en el 2012. Alonso sacó petróleo de su lento Ferrari (Kimi Raikkonen no pasó a la Q-3) con un séptimo puesto desde el que podrá hacer.