«El título ya es cosa de tres», dijo Valentino Rossi, el día que regresa en plan héroe. «Esto ya es cosa de ellos tres, sí, y voy a tratar de ayudar a Andrea», cuenta el italiano Danilo Petrucci, la última víctima de Marc Márquez, en una maniobra suicida, en la última vuelta del GP de San Marino, que ha dado la vuelta al mundo y provocado la admiración de sus colegas de parrilla. «Sí, creo que el pulsocon Marc será precioso e interesantísimo ¡pero, ojito, con Maverick», cuenta Dovizioso.

Y en esas, llega Alcañiz, uno de los circuitos favoritos de Márquez y todos miran al tricampeón más joven de la historia de MotoGP, al poseedor de todos los récords de precocidad, al chico que persigue su cuarto cetro en cinco años. A Aragón le seguirá el triplete Japón, Australia y Malasia, del 15 al 29 de octubre, y la traca final (y nunca mejor dicho) de Cheste, Valencia.

«El más peligroso de los tres es Márquez, porque ni siquiera él sabe de lo que es capaz», contó Petrucci a la italiana Radio 24, admirado por la manera que el nen de Cervera le derrotó en Misano. «Es el más temible de los tres porque Andrea y Maverick han tenido bajones, pero Marc solo los ha experimentado cuando se ha caído o su moto se ha parado», argumenta Petrux, en referencia a las caídas de Márquez en Argentina y Francia, y al reventón de motor que la Honda sufrió en Silverstone.

Y Petrucci añade que, a partir de ahora, «estoy al servicio de Dovizioso», al que, siendo segundo en Misano, le birló, con enorme honestidad (también por parte de Ducati), cuatro valiosos puntos. No así Jorge Lorenzo, el fichaje multimillonario de los rojos para ganar, que ayer volvió a insistir que solo piensa ayudar a Dovi «en las dos últimas carreras».

Márquez, cómo no, solo piensa en él. Marc reconoce que su victoria, perdón, su manera de ganar en Misano, supuso un puñetazo sobre el tablero del Mundial. «Esas maniobras, ese riesgo, esa manera de correr es mi sello. Si te sale, ¡eres la hostia!, si te caes ¡y todos sabíamos cómo estaba la pista de peligrosa, de resbaladiza!, se te queda cara de tonto. Pero sé que este título puede ir de cinco puntos y había que ir a por ellos».

Márquez reconoce que Motorland le encanta y, sí, ganó el pasado año. «Debo gestionar esa confianza aquí pues, en 2015, me caí. Aragón, como Australia o Valencia, son circuitos de izquierdas y me gustan mucho, sí. Pero Japón no me encanta y, el año pasado, gané. Y Malasia, bueno, Malasia es una locura porque, de pronto, aparece la lluvia…»

La mente de Dovi va, desde hace días, a mil por hora. «Este año, los neumáticos Michelin son muy raros en cuanto a comportamiento. Llegamos a ciegas en todos los circuitos y los cinco últimos de este año no serán distintos, lo que no deja de ser algo muy atractivo, interesante, pues nadie puede saber cómo le irá hasta que prueba las gomas y ahí es donde la lectura que tú hagas de las ruedas puede ser decisiva». Y ahí es donde entra el cerebro del italiano, siempre metódico, juega un papel vital.

Viñales esconde la sonrisa y le encanta ser el tapado de los tres. MBK se ve sorprendiendo a todo el mundo en este sprint final, como ya hizo ganando las dos primeras carreras del año en Doha (Catar) y Argentina. «No tengo circuito favorito de los cinco que quedan: me encantan los cinco. Eso sí, si quiero este título ¡y lo quiero!».