Las reglas del baloncesto las inventó un canadiense y también en Canadá se jugó el primer partido de la liga de baloncesto de Estados Unidos, tres años antes de que se fusionara con la liga rival para pasar a llamarse NBA. De aquello han pasado siete décadas, una eternidad que ha servido para poner a cada país en su lugar, a los estadounidenses como reyes de la canasta y a los canadienses como superpotencia del hockey. Pero ese círculo ha acabado finalmente de cerrarse. Por primera vez en la historia, el título ha volado hasta tierras canadienses. Los Toronto Raptors se han proclamado esta madrugada campeones de la NBA al vencer a los Golden State Warriors por 110-114 en el sexto partido de la serie, toda una proeza para una franquicia creada hace solo un cuarto de siglo, que se ha impuesto contra pronóstico al mejor equipo de los últimos tiempos.

El anillo de los Warriors sirve también para recompensar la extraordinaria carrera en la NBA de Marc Gasol tras una década en los Grizzlies de Menfis, una ciudad donde mantiene un estatus de ídolo tras haber dejado una huella inmensa en lo personal y lo profesional. El catalán llegó a Toronto el pasado verano, casi al mismo tiempo que Kawhi Leonard, y entre los dos le dieron a los Warriors el impulso definitivo que les ha permitido pasar de ser un equipo de play-off a ganar el campeonato. Leonard es la estrella indiscutible. Y nuevamente ha sido elegido como el mejor jugador de la final (MVP), una distinción que ya obtuvo con los San Antonio Spurs en el 2014. Gasol es la roca bajo los aros que le da equilibrio al equipo. Aporta personalidad y sensatez, pero también fuego en los momentos que más se le necesita. Tras jugar tres veces el All Star y ser elegido como el mejor jugador defensivo de la liga en 2013, ahora toca la cúspide con el anillo a sus 34 años.

Pero el título de Toronto es una hazaña colectiva. La escuadra de Nick Nurse ha sorprendido a todos con su potencia física y su fortaleza mental, por la hondura de su banquillo y la infinidad de recursos de sus jugadores. Es un equipo sin subalternos ni espuma de relleno. Este sexto partido es una buena muestra de ello. Pascal Siakam, 26 puntos; Kyle Lowry, otros 26; Leonard, 22; VanVleet, 22; Serge Ibaka, 15. Así ha sido durante toda la final. Desde el principio los Raptors se negaron a aceptar el papel de comparsa. Han dominado la serie con autoridad, pese a enfrentarse al campeón de los dos últimos años y finalista de los últimos cinco.