Si este año el Tour salió del condado de Yorkshire, en Inglaterra, al norte de Londres, desde la ciudad de Leeds, el próximo lo hará de Holanda, concretamente de Utrecht, para buscar desde allí la ruta a Francia a través de Bélgica. Sin embargo, en el 2016, la prueba recuperará la esencia más francesa para partir del que está considerado como el segundo monumento más visitado del país después de la Torre Eiffel: la abadía medieval del Mont Saint Michel.

La Mancha francesa se exhibe con sus acantilados, sus paisajes de postal, el viento, los atardeceres fríos, la luz presente en julio hasta las 11 de la noche, y el siempre presente recuerdo al desembarco aliado de 1944. Todos estos requisitos estarán reunidos en la salida del Tour del 2016, que se desveló este martes desde la propia abadía. Los ciclistas utilizarán el nuevo viaducto que permite acceder al Mont Saint Michel al margen de las mareas y que salva al lugar del aislamiento del continente con la crecida del Atlántico.

Al Mont de Saint Michel ya llegó el Tour el año pasado. Fue la meta de la primera gran contrarreloj, la única llana, que ganó, como no Chris Froome, camino de su victoria en París seguido de Nairo Quintana y Purito Rodríguez. En el 2016 no habrá contrarreloj inicial y si una etapa llana, entre acantilados y aire, que terminará en Utah Beach, en recuerdo del desembarco aliado. La segunda etapa, al más puro estilo de la Vuelta, se presentará ya con la primera llegada en alto, a La Glacière, tras tres kilómetros de ascenso al 14%.