Giro de 180 grados en el caso Chris Froome. Tras intensas reuniones celebradas durante este fin de semana, y tal como adelantó ayer el diario Le Monde, la dirección del Tour decidió no admitir al corredor británico, cuatro veces vencedor en París, en la salida de la isla de Noirmoutier donde el sábado comienza la próxima ronda francesa. Ni el Tour ni el conjunto Sky quisieron ayer confirmar la decisión.

El Tour declaró a Froome persona non grata y, a pesar de las dificultades jurídicas francesas e internacionales, no lo quiere en la prueba porque considera que su presencia «daña la imagen de la carrera». Mañana, el Comité Olímpico Francés debe decidir si da la razón al Tour o bien se inclina por permitir el concurso del corredor británico nacido en Kenia, reciente ganador del Giro y que está pendiente de que se le condene o absuelva de un presunto dopaje cometido en septiembre pasado en la antepenúltima etapa de la Vuelta, que ganó, cuando apareció en su orina un nivel de salbutamol, el fármaco contenido en el inhalador ventolín, y que sirve para combatir el asma.

La organización de la carrera, a regañadientes, estaba decidida a mantener la alineación presentada por el Sky, con Froome, al frente del equipo ya que no había encontrado argumentos jurídicos para rechazarlo y porque la UCI (Unión Ciclista Internacional) había señalado que en caso de exclusión y si Froome es declarado inocente de dopaje, el Tour se arriesgaba a una indemnización millonaria por parte del corredor y su equipo.

Sin embargo, cada día crece más el impacto mediático en Francia contrario a la presencia del corredor, razón por la que el Tour decidió ayer ir por la directa y negarle la presencia.

¿Quiere ello decir que Froome no correrá el Tour? Depende de la decisión que tome mañana el organismo olímpico francés. Si da la razón al Tour, Froome y el Sky pueden acudir al TAS (Tribunal de Arbitraje Deportivo) cuyo dictamen ya es absolutamente decisivo. En casos precedentes, con Manolo Saiz y Richard Virenque en el Tour de 1999, el TAS falló a favor de técnico español y el ciclista francés, a quienes el Tour no quería tras los escándalos de dopaje vividos hace ahora 20 años. Froome ha declarado que él es inocente y que no ha cometido ninguna infracción por lo que quiere participar.