Todas las alarmas se encendieron ayer en París durante la presentación del Tour 2005. Había una silla vacía en el Palacio de Congresos. La del americano Lance Armstrong. El seis veces ganador de la prueba no había fallado a la solemne ceremonia los dos años anteriores. "No ha venido por razones familiares", le disculpó Jean-Marie Leblanc, el director de la ronda francesa. Pero, enseguida, afloró la pregunta: ¿Estará en la salida el 2 de julio del 2005 en la región de la Vendée?

CLASICAS DE PRIMAVERA Oficialmente, Armstrong estaba en Texas con sus hijos y Sheryl Crow, su novia, preparando la noche de Halloween. El recorrido, muy montañoso, con menos contrarreloj, sin ascensos a cimas célebres (no se subirán Alpe d´Huez, ni Mont Ventoux, ni Tourmalet) y con la última semana por el tormentoso Macizo Central, salió a la luz sin sorpresas y con un esquema poco rompedor.

Pronto las miradas se dirigieron hacia Johan Bruyneel, el técnico de Armstrong. "Todavía no ha decidido si correrá el Tour", respondió. Así comenzó ayer en París un serial que, según Bruyneel, puede alargarse hasta el mes de junio del 2005. El director belga lo dijo con cara despistada, pero dejó entrever que si Armstrong no apuesta por disputar el Tour, la retirada del tejano está a la vuelta de la esquina. "No quiere volver a pasar por la presión de este año. Fue insufrible. Se presentará a las clásicas de primavera y si se motiva entonces preparará el Tour, sino igual afronta el récord de la hora". El Giro de Italia y la Vuelta a España están descartados en el calendario competitivo del americano para el próximo año.

SOLO DOS SALIDAS Por esa razón, ayer, Leblanc desveló los secretos de un Tour que, por ahora, tiene un protagonista incierto. Será una ronda que sólo hará dos breves incursiones al extranjero, a Alemania (con final de la 7 etapa) y al Vall d´Aran, en la jornada reina (la 15 etapa del trazado), con seis cimas pirenaicas. Será, también, el Tour del 10º aniversario del último triunfo de Miguel Induráin, con dos jornadas que pueden servirle de homenaje para el ciclista español: la contrarreloj por equipos entre Tours y Blois (idéntico recorrido de la crono que ganó en la edición de la ronda francesa de 1992) y la llegada a Mende, donde Laurent Jalabert casi le quita la victoria en 1995.