La transformación del Casademont Zaragoza ha sido completa. De un equipo que no ganaba ni jugando bien ni mal y acababa haciéndolo peor a otro muy solvente que sabe cómo ganar en circunstancias complicadas, ante rivales que exigen. Con la conseguida frente al Obradoiro (83-70) son cinco victorias en los últimos seis partidos de Liga disputados, una más que las conquistadas en las 16 jornadas anteriores, una racha que no solo confirma el buen estado de forma del equipo de Sergio Hernández sino que despeja definitivamente los fantasmas del descenso y le pone en disposición de mirar hacia arriba. Ante el Obradoiro, además, le dio para recuperar el averaje, por lo que ya tiene otro desempate asegurado.

El Casademont se enfrentó a un buen Obradoiro y a un mal arbitraje. Las faltas pitadas en uno y otro lado no seguían el mismo criterio y eso contribuyó en parte a frenar el ritmo anotador del equipo aragonés. La otra parte fue el buen hacer del conjunto gallego, siempre un dolor de cabeza, siempre bien trabajado por Moncho Fernández. El preparador supo cómo hacerle daño al Casademont poniendo en pista a sus jugadores grandes, provocando sufrimiento a la defensa zaragozana.

El conjunto local salió dispuesto a mandar, a poner el ritmo, la intensidad, a que se jugara a lo que le gusta al Casademont. Lo consiguió a medias porque le faltó precisión para culminar sus acciones y porque el Obradoiro le dio la réplica toda la tarde. Fue un toma y daca continuo, un duelo que se movió en ventajas mínimas para uno y otro, en el que nunca estuvo del todo clara de qué lado podía caer. El Casademont había tenido problemas con las faltas de Bray, que ni siquiera fue titular, y con el estado de Justiz, que terminó lamentándose de sus errores en el banquillo.

Los jugadores altos del Obradoiro le complicaron mucho la vida al Casademont, que no halló la manera de defenderlos. No conseguía encontrar la continuidad necesaria para lograr un parcial que rompiera el partido. Así se llegó a los últimos cinco minutos con empate (63-63). Entonces apareció Brussino, que ya había avisado al principio de que estaba acertado, con ocho puntos seguidos a los que se sumaron un nuevo triple de Harris. Lo que necesitaba el equipo del Oveja para ganar la confianza definitiva y poder pensar en los últimos minutos en recuperar el averaje (102-91 había perdido en Santiago).

Con la seguridad de quien se sabe ganador, el Casademont recuperó algunos rebotes clave, aunque también tuvo la suerte de que el Obradoiro fallara algunos tiros liberados que podían haber cambiado el final. Eso y la cuarta falta que le señalaron a Harris, pero el equipo supo rehacerse para garantizarse el desempate. Brussino fue al final el jugador más destacado y clave para desatascar el partido.

También volvió a cuajar un gran encuentro Javi García. Con Bray sin terminar de hacerse con el equipo, directamente fuera del quinteto titular y, para colmo, cargado de faltas enseguida, fue Sulaimon quien cogió la batuta desde el inicio y el zaragozano el encargado de darle relevo. A su intensidad defensiva, a su implicación, está sumando ahora la confianza y el acierto en el lanzamiento, lo que le convierte en un jugador más completo.

Sin embargo, donde sufrió un poco más el Casademont fue por dentro. Ni Hlinason ni Justiz pudieron frenar a los interiores del Obradoiro y a Harris no le daba para todo. El islandés no lograba acercarse al aro con contundencia y el cubano está todavía lejos de su forma, aprendiendo a jugar y utilizar su nuevo físico. Harris volvió a hacer otro partido solvente, pero tuvo algunos problemas en el cinco.

No obstante, lo mejor del Casademont es cómo ha aprendido precisamente a ir superando esos problemas, a ir ofreciendo respuestas sobre la marcha conforme le cambian las preguntas. Jugando mejor o peor, el equipo aragonés sabe enfrentarse al partido, adaptarse a las circunstancias y, lo que es más importante, ganar. Ha transformado por completo su inercia, ha abandonado la zona de peligro y se va al parón de la Copa buscando nuevos objetivos para la vuelta.

Ficha técnica:

Casademont Zaragoza: Sulaimon (11), Ennis (12), Barreiro (11), Hlinason (8) y Benzing (1) -cinco inicial-, Javi García (7), Brussino (22), Harris (11), Justiz y Bray.

Monbus Obradoiro: Pozas (3), Robertson (8), Cohen (2), Daum (10) y Enoch (18) -cinco inicial-, Koniaris (4), Czerapowicz (5), Beliauskas (4), Birutis (14), Suárez, Muñoz y Oliver (2).

Parciales: 23-22, 17-17, 17-18, 26-13.

Árbitros: Pérez, Padrós y Sánchez.

Eliminados: No hubo.

Incidencias: Partido disputado en el pabellón Príncipe Felipe.