Las redes sociales son un vasto territorio que limita con fronteras infinitas. Una de ellas se distingue por su grueso trazo de volatilidad temporal, al margen de si lo que se comunica sobre estos soportes es un asunto trascendente para la humanidad o un chascarrillo. Twitter lista por tendencias los temas estrella del momento a nivel local o planetario, y el pasado lunes la etiqueta SOSRealZaragoza logro elevarse a lo más alto del podio nacional, fue Trending topic. Multitud de aficionados, periodistas, exjugadores y simpatizantes de dentro y fuera de Aragón se sumaron al grito en internet frente a las hipotéticas operaciones de compraventa del club y las malas vibraciones que provocaban los aspirantes a hacerse con las acciones de Agapito Iglesias. La reacción y los mensajes de apoyo dieron una dimensión auténtica de la grave realidad del Real Zaragoza. Durante estos días ha aparecido otra corriente paralela, 17MDelPilarALaRomareda, con la que se pretende concienciar al mayor número de personas para que se manifiesten por la supervivencia de la institución antes del próximo partido ante el Sabadell.

Algunas llamadas de diferente calado social volcadas en la nube surten efecto y han traspasado la pantalla del ordenador. Otras, la mayoría, se difuminan por el efecto gaseosa: porque una cosa es teclear la queja con sincera predisposición para formar parte de ese ejército y otra personarse físicamente, en cuerpo y alma, en las trincheras. La hinchada del club aragonés, mucho antes de que estos espacios ni siquiera se imaginaran, ya había dejado constancia para lo bueno y para lo malo de su fuerza para congregarse alrededor de un sentimiento y defenderlo a pecho descubierto. Hoy, muy herida y desencantada de perder batallas contra Agapito Iglesias pese a presentar una memorable en el 2012 y desinflarse en posteriores concentraciones, la reclaman a filas desde Twitter. No será suficiente esta vía como reclamo único.

Con independencia de la repercusión real sobre el futuro de Agapito e incluso de la entidad, las redes sí han extendido sus tentáculos de mensajero inmediato para alarmar de la situación. También de la urgente necesidad de promover manifestaciones para romper la pasividad inoculada por la impotencia y el desencanto. Ese testigo hay que recogerlo y difundirlo desde la unidad como patrón innegociable, y conducirlo a un escenario de carne y hueso como la calle. Ahora bien, si uno solo de los pilares de esta propuesta holgazanea o se desmarca de la iniciativa y de posibles acciones de presión, es probable que todo quede en un paseíllo primaveral por la ciudad.

El momento pide la máxima y pública expresión para que se sepa hasta qué punto se está violentando una de las instituciones de la Comunidad, y para rugir que un cualquiera no debe tomar el relevo de la propiedad y que el cualquiera que la posee no es digno de ella. Las redes sociales son lanzas, pero han de empuñarlas personas. Así, los corazones de SOSRealZaragoza y 17MDelPilarALaRomareda tendrán rostros con pinturas de guerra. porque esto es una guerra desde que Agapito la declaró.