La decisión de alinear a Nadal se tomó la noche del sábado a petición del propio Moyá, que no se veía en condiciones. Pero al G-3 se le complicó el cambio cuando vio que ayer por la mañana tampoco podía contar con Ferrero. A una hora de entrar en la pista el mallorquín no sabía si jugaría con Clement o el último punto con Mathieu.