La distancia entre el éxito y la decepción fueron sólo 20 minutos de desconcierto y ofuscación colectiva. Pero esa fina línea deportiva que separó al CAI Zaragoza de la Liga ACB y lo retuvo en la LEB por tercera temporada consecutiva se hizo más gruesa en el análisis posterior del club que, a pesar de la cercanía de la gloria, decidió acometer una profunda remodelación en la plantilla para darle un perfil de más calidad, llenándola de jugadores polivalentes con experiencia en la élite y desterrando el modelo de los especialistas.

Sólo tres hombres sobrevivieron a la dura criba del CAI. Diego Ciorciari y Matías Lescano, con contrato en vigor y con un futuro prometedor por delante, y José Antonio Ferrer, renovado por dos años tras su magnífica campaña. Son los tres supervivientes. "Es raro quedar únicamente tres jugadores después de haber estado a sólo un partido del gran objetivo. Pero eso habla de las grandes exigencias del CAI y de la intención del club por reforzar la plantilla al máximo", explica Ciorciari, que tiene en José Luis Galilea a un nuevo competidor en la dirección.

De un año para otro, el CAI se mira al espejo y no se reconoce. Es otro en todos los sentidos. El equipo que ha diseñado Oscar Quintana es un todoterreno, un cuatro por cuatro sin dependencias perniciosas y con un elevado número de jugadores con capacidad de resolución. "La mayoría de los jugadores de este año somos completos, polivalentes", razona Ferrer. "La temporada pasada, salvo Matías, que hacía muchas cosas, había mucha gente que hacía sólo una muy bien. Este año todos podemos hacer un poco de todo", añade el base argentino.

La alegría del ´Bicho´

Las palabras de Ferrer y Ciorciari son asumidas por Matías Lescano, cuya confianza en la nueva plantilla es muy elevada. "La temporada pasada teníamos, por ejemplo, un muy buen tirador, pero ahora tenemos un grupo de jugadores que pueden hacer de todo un poco", dice.

Y, sobre todo, pone el acento en la nueva pareja de americanos: Antonio Reynolds y John Brown. "Son más completos que los del año pasado", confiesa. Todos los caminos conducen al mismo destino: la plantilla de la temporada 2004-2005 es superior en calidad y en posibilidades. "Han venido cinco jugadores de ACB. Eso habla de que el equipo se ha reforzado. Por nombre y por calidad ha crecido. Ahora tenemos que acoplarnos y demostrar que ha sido así", analiza Diego. "Yo veo que hay más veteranía", apostilla Ferrer.

El nuevo entrenador

La plantilla ha sido profundamente rediseñada y la catarsis ha afectado también al técnico. Oscar Quintana ha sustituido a Alfred Julbe y ha introducido un nuevo estilo. "Julbe daba mucha libertad individual, casi no había sistemas, mientras que Quintana quiere un juego muy ordenado, controlado, con muchas reglas y sistemas. Nos ha enseñado ya nueve y el año pasado sólo teníamos uno", disecciona Ciorciari.

Matías Lescano también observa una diferencia en la forma de trabajar. "Por lo poco que conozco, sólo puedo decir de él que parece más intenso", afirma Lescano.

Intensidad, orden, ganador y exigente en defensa son los conceptos que rondan por la cabeza de los tres supervivientes para definir a su nuevo entrenador. "Sí, pero Quintana también quiere un baloncesto dinámico y bonito", señala Ferrer. El que gusta en el Príncipe Felipe.