Rubén Castro vivió ayer en el estadio Benito Villamarín un homenaje especial por haberse convertido, con 95 tantos, en el máximo goleador de la historia del Betis. Ese homenaje llega a la semana de haber sido procesado por una jueza de Sevilla por cuatro delitos de maltrato y otro de amenazas leves a su exnovia.