En poco espacio la capital aragonesa tiene un grupo de canteras de baloncesto que son la envidia y la admiración en el básquet nacional. Gracias a la afición, al entusiasmo y, sobre todo, al trabajo, colegios como El Salvador, Alierta-Augusto, Doctor Azúa o Romareda son un ejemplo a seguir por el básquet escolar aragonés. Es el triunfo de la clase media frente a clubs cercanos como el Stadium Casablanca, donde se mira sin disimulo el rendimiento y los triunfos.

El Club Deportivo Romareda forma parte de esta gran familia del baloncesto escolar zaragozano. De sus 1.200 alumnos, nada menos que un tercio practica deporte, aunque el rey de reyes es el baloncesto. Su tradición (nació en el año 1985), el trabajo de los entrenadores y el apoyo del colegio hacen más sencillo el crecimiento en cantidad y calidad de esta gran cantera que cuenta esta temporada con 23 equipos y 230 jugadores.

Hace diez años comenzó la etapa moderna del CD Romareda bajo el impulso de Víctor Serón. Este técnico de 33 años llegaba desde la gran escuela de Compañía de María y él supo aplicar el trabajo que se llevaba en el centro en el que el entrenador Alfonso Alonso era un referente. Serón se llevó al colegio a la técnica Conchi Navío, que realizó antes una gran labor en Compañía de María. Los resultados no se hicieron esperar. Hace diez años el Romareda contaba con ocho equipos. Ahora cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia. "Al acabar Magisterio y a través de David Antoñanzas y Juan Luis González, Romareda me ofreció ejercer la carrera. Soy profesor de Educación Física de infantil y ahora llevo la coordinación entera deportiva del colegio", explica Serón.

Esta revolución del baloncesto en la Romareda tiene su explicación. "La clave en todo este tiempo ha sido trabajo, trabajo y trabajo, implicación y tratar bien a la gente. Nos hemos rodeado bien, hemos tenido buenos entrenadores y así hemos empezado a crecer. Y el apoyo de las familias es primordial", expone el técnico, que es especialista en llevar equipos femeninos. "Es una labor más complicada que con los chicos, pero más agradecida", dice.

Las infantiles

Ahora La Romareda es un cajón desastre donde hay equipos de todos los niveles. El espejo en el que se miran los niños es el equipo infantil femenino que ganó en año pasado el Regional. Irene Montón es la jugadora más destacada. "Fue con la concentración infantil de España y es una pasada para el colegio. Le llamaron del Siglo XXI en Barcelona y les dijo que no". En el colegio Romareda se prima tanto la competición como a la educación y la participación. "Aquí tenemos de todo. Lo primero que se les pide a los niños es compromiso y que se esfuercen. Lo prioritario son los estudios. Cuando hay exámenes, se permite faltar al entrenamiento. Conozco de primera mano como van los estudios. Ahora lo primero que hacen los padres es quitarles del deporte y pienso que esa no es la solución. El deporte te da amigos, valores, un montón de cosas. No conozco nadie que deje de entrenar y que saque sobresalientes de un día para otro", reconoce.

La implicación del colegio con los Agustinos Recoletos ha sido clave para el desarrollo de esta gran cantera. "Han pasado tres directores y he tenido siempre un respaldo total. Todas las propuestas que hemos hecho las han aceptado. Les gusta ver el patio lleno y no piden resultados. Sin ellos no estaríamos como estamos. El pabellón está impecable gracias su apoyo", explica.