Era la jornada 21 en una fría tarde-noche invernal, en las postrimerías del mes de enero en Anoeta. El Huesca empezaba a jugar mejor con Francisco, pero no había forma de ganar. Solo el Eibar en la fecha inaugural y el Betis se llevaron un rosco contra el Huesca. Los oscenses se desangraban atrás y la diferencia de nueve puntos con la permanencia empezaba a ser una pendiente demasiado empinada.

Entonces el técnico trató de dar un golpe de efecto con el sistema al mismo tiempo que el club hacía un esfuerzo por reforzar una plantilla a la deriva. Dispuso en Anoeta cinco defensas con tres centrales y dos carrileros para tratar de ordenar el equipo, dotarle de consistencia defensiva e intentar aprovechar la velocidad y acierto de sus puntas de lanza para sorprender a la Real Sociedad. No ganó, pero sí mejoró mucho. Ese era el camino.

Mantuvo Francisco esa filosofía de juego de inicio hasta el encuentro del domingo contra el Levante y pocas veces varió el plan durante los encuentros, aunque el punto de inflexión que incitó al cambio fue ante el Celta. Aspas hizo genialidades en el primer tiempo y una de ellas sirvió para que Brais Méndez marcara. 0-1 contra un rival directo y en casa. Algo había que hacer y Francisco no esperó.

Pasada la media hora de juego, el entrenador almeriense mandó al banquillo a Musto, de claro perfil defensivo; dio entrada a Ferreiro y pasó a defender con cuatro. A tumba abierta. A por todas, porque al Huesca no se servía casi de nada empatar. Recibió el golpetazo del 0-2 de Aspas, pero no rebló y siguió insistiendo hasta arrinconar al Celta y remontarle, aunque no pudo ganar. Fue un primer paso esperanzador.

LA INCÓGNITA DEL TÉCNICO

Quedan siete partidos y la diferencia, tras el favor del Betis ganándole al Villarreal, se ha quedado en seis puntos. El tiempo apremia, por lo que Francisco entendió que había que ir con todo contra el Levante en su casa. Volvió a los cuatro defensas dos meses y medio después y salió con sus tres delanteros de inicio para vencer. Pero jugó algo cohibido, sin demasiadas ocasiones hasta que se vio obligado por el marcador. Ahí sobresale ese Huesca valiente, atrevido, luchador y que practica su mejor fútbol, pero antes no funcionó todo lo bien que se esperaba el técnico el cambio de esquema, tanto que ajustó en el descanso con la entrada de Ferreiro por Cucho Hernández.

Ahora la incógnita reside en qué hará Francisco contra el Barcelona y en los sucesivos partidos. Recuperará contra los catalanes seguro a un puntal como Etxeita tras cumplir sanción y probablemente a otro indiscutible como es el lateral derecho Jorge Miramón. El poderío culé contra la necesidad de ir al ataque, el letal juego a la contra del Barcelona contra la menor capacidad ofensiva con cinco atrás. Francisco tiene mucho que meditar contra el líder y virtualmente campeón de la Liga, aunque llegará con sancionados y rotaciones a El Alcoraz.