En la cuerda floja anda Unai Emery desde el miércoles por la noche, señalado por casi todos en Francia como el principal responsable del estropicio del PSG en el Bernabéu, donde sucumbió por un doloroso 3-1 después de dar una imagen más que aceptable durante buena parte del duelo. Pero las decisiones del entrenador español, especialmente la de cambiar a un delantero centro, Cavani, por un lateral derecho, Meunier, han desatado una avalancha de críticas hacia el preparador. Emery, por ahora, mantiene la confianza de Nasser Al-Khelaifi.

La otra cara es Zinedine Zidane, que recuperó su liderazgo. Para ganárselo, al francés le bastaron dos decisiones cargadas de lógica: no darle la titularidad a Bale y hacer los cambios en su habitual horario o incluso un poco más tarde con Asensio. Suyo fue también parte del mérito en el triunfo del Madrid.