El Unicaja estará en la tercera final de la Copa de su historia, prolongando la fiesta que vive la ciudad de Málaga este fin de semana con los éxitos de su equipo. Solo le queda un paso al equipo de Luis Casimiro, aunque este será el más difícil: la pelea este domingo por el título frente al poderoso Real Madrid (18.30 horas, Vamos) que dio buena cuenta del Valencia en la otra semifinal.

Con una actuación pletórica frente al Morabanc Andorra, sobrada de acierto e intensidad el Unicaja se ganó a pulso la oportunidad de pelear por la segunda Copa de historia (92-59). Y guiños del destino tendrá que pelearla frente al equipo blanco, precisamente el mismo rival al que derrotó en Zaragoza en el 2005 para estrenarse en el palmarés. Eso sí, también tendrá que luchar contra la historia, que dice que nunca el anfitrión ha conseguido proclamarse campeón.

INFALIBLES EN ATAQUE

Los malagueños no dejaron ni un solo resquicio para la sorpresa. Desde el primer instante marcaron el ritmo que más le convenía y a través de su intensidad defensiva, su dominio del rebote y un tremendo acierto en ataque (un 72% en tiros de dos) dispararon sus ventajas para poner tierra de por medio ya en el descanso (48-30).

El exestudiantil Jaime Fernández se convirtió en la principal referencia en ataque, pero poco a poco todos los jugadores del conjunto andaluz acabaron sumándose a la fiesta, con las efectivas acciones de Waczynski y Adams, pero también con el dominio interior del joven pívot Rubén Guerrero, que justificó su reciente convocatoria a las ventanas de la selección, con 6 puntos y 8 rebotes y un +30 para el Unicaja con él en pista.

El Morabanc Andorra, en un nivel de intensidad muy inferior, nunca estuvo en condiciones de discutirle la victoria a los malagueños. Se acercó a 12 puntos en el tercer cuarto (52-40, m. 24) Solo Hannah, con 16 puntos, aguantó el pulso, pero el equipo de Ibón Navarro echó en falta más aportación de piezas claves como Todorovic o Diagne.