El tinte preocupante que ha tomado el devenir zaragocista en las últimas jornadas llevó al presidente del club, Alfonso Soláns, a reunirse para almorzar ayer con la plantilla y con el cuerpo técnico para darles ánimos de cara a afrontar las cuatro jornadas decisivas en la lucha por seguir en Primera División. Fue una comida, celebrada en un céntrico hotel zaragozano, en la que el máximo accionista de la entidad quiso manifestar a los jugadores su apoyo, así como la confianza del Consejo de Administración, que acudió también en pleno, en poder sacar adelante la difícil situación actual, con el equipo aragonés a sólo dos puntos del descenso a Segunda División.

El catálogo para las situaciones de emergencia explica que una de las claves es la unión, la importancia de hacer piña . Y eso es lo que intentó hacer Soláns, que tomó la palabra al final de la reunión, que duró poco más de dos horas, para expresar su seguridad en que el Zaragoza seguirá en la élite el año que viene.

AVISO PARA NAVEGANTES El presidente, con buenas palabras y sin enfado, sí lanzó un aviso a navegantes sobre las cosencuencias trágicas que supondría para el club un nuevo descenso, un fantasma que ha regresado tras los últimos resultados cuando la salvación parecía lograda. Soláns dio ánimos a los futbolistas y habló de tranquilidad, de convencimiento, de ser consciente de que el equipo está jugando bien y, por supuesto, de la importancia de la unión en estos momentos.

Para ello, él mismo va a dar ejemplo --lo debería hacer más a menudo-- y anunció que tiene previsto acudir a los dos desplazamientos que le restan al equipo, por lo que este domingo estará en el palco del Carlos Belmonte y en principio también acudiría al último partido a domicilio de la temporada, en el Vicente Calderón y frente al Atlético.

DOS AUSENCIAS Sólo Milito y Delio Toledo, que ayer jugaron con Argentina y Paraguay respectivamente, faltaron al cónclave zaragocista, en el que también estuvieron Miguel Pardeza, director deportivo, Jerónimo Suárez, director general, y Francisco Checa, secretario general. Soláns no suele realizar estas comidas con mucha frecuencia y cuando tienen lugar siempre se deben a circunstancias especiales, como el comienzo y el final de una temporada. Pero esta vez, con la posibilidad de un descenso trágico, se saltó esa norma.