Valmiro Lopes Valdo lideró ayer un amplio triunfo de Osasuna sobre el Real Madrid y arrebató a su exequipo un buen trozo del pastel del título de Liga, en un partido donde el Madrid exhibió que se encuentra en caída libre hacia el abismo. El público, que cada vez aguanta menos esta espiral, despidió al Real Madrid con una bronca monumental.

Valdo quiso ganarse enseguida su vuelta al Bernabéu. Un minuto le duró el ansia de mostrarle a la gente que él sí vale para este oficio. Listo, hábil, rápido y certero en la primera ocasión que tuvo, como siempre en suma, mandó su recado con el 0-1 a quien corresponda.

APUESTA CLARA Javier Aguirre tenía clara su apuesta. De entrada, balones arriba para Morales, con Valdo y Moha activos en las bandas, y contragolpe como receta en el segundo tiempo, con su rival desgastado. Así llegó el gol de Valdo y por arriba también vino luego el de Pablo García, tras un error de Iker.

En medio del caos se lesionó Ronaldo. Otra lesión muscular, otro guiño del destino que deja al brasileño por segunda vez consecutiva fuera de la competición en un momento clave. Con la marcha de Ronaldo, Carlos Queiroz cambió el guión de la forma más lógica posible. Entró Borja, Guti se puso de media punta y Raúl adelantó su ubicación. Queiroz tiró del estilo Del Bosque , el dúo Guti-Raúl fue habitual en muchos tramos de otros tiempos, y llegó el Madrid con más asiduidad, aunque sin puntería antes del descanso.

En la reanudación nada cambió a favor del Madrid. El equipo fue un manojo de nervios. Nadie progresaba con el balón con coherencia. Ni siquiera Zidane, perdido, desaparecido del mapa desde hace varias jornadas. Míchel Salgado se convirtió en su mejor arma ofensiva. Buscó el gol desde todos los lados en un claro síntoma de desesperación por cortar la hemorragia de Osasuna.

Un equipo que vivió de nuevo del talento de Valdo. Desde su costado siempre se fue de Roberto Carlos. Y un centro milimétrico suyo, de esos que sirven para separar el trigo de la paja, dio a Moha el 0-3, entrando con fuerza y mandando de cabeza el balón dentro del portal de Iker.

El Real Madrid tiró de casta, curiosamente desde sus hombres de casa --Mejía, Borja, Bravo, Raúl y Guti-- para intentar arreglar el desastre. Osasuna dio un curso de orden defensivo. Con Cruchaga y Josetxo determinantes para atemperar un aciago día ofensivo del hasta ayer líder del campeonato.