El Athletic Club pudo decidir la eliminatoria ante el Nápoles en el campo de San Paolo, pero será San Mamés dentro de ocho días quien dicte sentencia de una eliminatoria previa a la Fase de Grupos de la Liga de Campeones que Iker Muniain puso en ventaja para los leones en la primera mitad y el argentino Gonzalo Higuaín equilibró en la segunda.

El partido tuvo fases marcadas. Un inicio caótico del Athletic, dominio de los de Valverde a partir del primer cuarto de hora, control rojiblanco hasta el 1-1 y asedio final local del que el conjunto vasco salió vivo.

Abrió el marcador al final de la primera mitad Muniain en una jugada iniciada y acabada por él y con gran protagonismo de Oscar de Marcos, que le centró el balón. El arranque de la segunda mitad incidió en las mejores sensaciones vascas. Hasta el punto que a Aduriz se le escapó el 0-2 ya en el 49 al no poder dirigir hacia la portería un disparo mordido de Rico que le cogió solo al borde del área.

No encontraba respuestas el Nápoles y Aduriz a punto estuvo de empalar otra volea dentro del área en el minuto 62.

Y cuando parecía que era cuando mejor lo tenía el Athletic, apareció Higuain para dar vida a los suyos en una jugada que llegó de la nada y en la que se sacó uno de esos conejos que esconde en la chistera y saca del sombrero cuando engancha un disparo cruzado escorándose a la derecha. Ni Gurpegui, ni Laporte, ni Balenziaga ni Iraizoz estuvieron demasiado afortunados en esa jugada.

Ahí cambió el choque, que ya fue un asedio napolitano sobre la portería de un Iraizoz casi milagroso con un impresionante paradón a Higuaín en el minuto 85. Antes, Callejón perdonó el 2-1 y Mertens e Huguaín rozaron el gol también. Aún así, el que acabó volcado sobre el área rival fue el Athletic, que tuvo dos opciones de San José e Ibai. No las materializaron y será San Mamés el que decida.