La camiseta del Valladolid estuvo ayer libre de publicidad en Santander, quizá a la espera del anuncio que inserten en ella sus futuros propietarios, aunque todavía hay que esperar a que los emisarios de Qatar, vinculados a negocios de petróleo y gas, concreten la operación de compra que apuntaron el pasado jueves. En la ciudad, hasta ahora, hay mucha cautela acerca del interés, sobre todo después de conocer la implicación de Munir Abu en un caso de corrupción que ocurrió en Siria hace cuatro años y que, como tal, quedó reflejado en la prensa de entonces.

Una sombra de sospecha que mina la confianza de la afición pucelana en el futuro de su club, que anda a la deriva desde la muerte del añorado presidente Marcos Fernández y, especialmente, desde que sus hijos vendieron la mayoría de las acciones a un grupo que encabezaba el periodista Ignacio Lewin, un nombre que nadie quiere oír a orillas del Pisuerga. Su espantada no evitó un cierto vacío de poder, ya que los propietarios reales se desentendieron de la marcha del club y pusieron el cartel de Se vende en el estadio de Zorrilla.

Desde ese momento aparecieron oportunistas que buscaron su puesto en las portadas gracias a su hipotético interés en hacerse con el Valladolid, pero los Eguizábal, Morchón o Grinback no dieron ningún paso que fuera más allá del simple rumor, por lo que todo siguió igual.

La situación de ahora es distinta, ya que el mencionado Munir Abu, representante del emir de Qatar y que, curiosamente, inició sus estudios de Medicina en Valladolid, mantuvo una reunión el pasado jueves en la que concretó su intento de comprar el paquete accionarial de Palcos Blancos, la sociedad que comandan las hermanas Saralegui, que acaparan el 57% del total del club. Los asiáticos ponen sobre la mesa una cantidad que ronda los 12 millones de euros, una cifra que las Saralegui consideran suficiente para deshacerse del control de un club que recibieron como herencia paterna. Así que, a diferencia de otras veces, ahora hay una oferta real y un deseo indisimulado de venta.

El alcalde de Valladolid, Javier León de la Riva, también ve con buenos ojos el posible cambio de propietarios en el Valladolid, aunque vigila que el proceso camine por las vías del realismo y la moderación, sin que la ciudad tenga que pagar la contrapartida de ciertas concesiones inmobiliarias, tal y como pretendían otras empresas que tantearon la opción de desembarcar en el Valladolid. "Si alguien trata de vender o comprar el club jugando con intereses especulativos, estará perdiendo el tiempo", declaró el alcalde de Valladolid.

Vinculado a Syrianair

Claro que León de la Riva tendrá poco o nada que decir si las Saralegui mantienen su deseo de desprenderse de sus acciones, ya que se supone que a éstas les importa muy poco la dudosa reputación de Munir Abu, siempre y cuando llegue con los euros debajo del brazo.

El empresario sirio Munir Abu, quien reside en la Comunidad Valenciana y cuenta con doble nacionalidad sirio-española, se vio salpicado en el 2000 en un caso de corrupción en su país por recibir comisiones de un encargo de construcción de aviones Airbus para la compañía estatal Syrianair. Una acusación que puede echar por tierra una operación que conocerá nuevos episodios esta semana.