Nadie tenía buenas sensaciones. Y eso es muy malo para un ciclista, para un equipo. El jueves, en una de las rotondas que tanto enturbiaban en la contrarreloj por equipos inaugural de la Vuelta, en Jerez, se cayó Chris Froome. Primera alarma. Y, ayer por la mañana, el Trek de Fabian Cancellara, en el último ensayo, se fue al suelo, siete de nueve. ñVamos a sobrevivir. Con esto tenemos suficiente", así hablaba Chente García Acosta, segundo director del Movistar, dos horas antes de la victoria de su equipo.

El Movistar salió a sobrevivir, casi ganaron sin querer. Sobrevivir quería decir no caerse, no empezar a despedirse de la Vuelta en el primer suspiro. A sobrevivir, como era de esperar, también partió Purito Rodríguez (38 segundos cedió), Froome, con el recuerdo de la caída del jueves (27 segundos perdidos) y Alberto Contador, más rápido, pero cauto, aunque con el ñcorazón a 200 pulsaciones", el menos castigado, a tan solo 19 segundos de los Movistar, pero satisfecho. "Estoy contento porque he podido seguir el ritmo de mis compañeros. He podido colaborar en la crono y no he tenido dolor en la rodilla", dijo.

¿Y qué sucedió? Pues que sin querer cuando pasaron por la única referencia instalada en la contrarreloj, a mitad de recorrido, a los 6 kilómetros, les dijeron que estaban en tiempo de ganar la etapa. Allí varió todo. Allí se improvisó. Allí, desde el coche, se cambió de planes. Que se quitasen la careta del miedo, la visera del pánico del casco, que agacharan las cabezas, que siguieran las consignas de Alejandro Valverde y que se lanzaran hacia la victoria.

El corredor murciano ordenó los relevos, apenas quedaban rotondas, Nairo Quintana se situó a rueda, a dejarse llevar y Jonathan Castroviejo, padre hace apenas unos días, el mejor de la clase en esta especialidad, a tirar de sus compañeros, los que en meta lo recompensaron dejándolo pasar en primera posición, el obsequio del primer jersey rojo, el que llevará hoy entre Algeciras y San Fernando, un ratito a pie, en la salida para ir a firmar, y otro en bici, a través de 174 kilómetros.

Y así, de este modo, el Movistar, tal como había hecho hace dos años en condiciones parecidas (contrarreloj por equipos de Pamplona, victoria y liderato para Castroviejo) levantó la voz para evidenciar que como bloque son los mejores y para que sus dos grandes aspirantes, Valverde y Nairo, comenzaran a ganar segundos de oro al resto de favoritos para el triunfo final.