Con el "máximo grado de ilusión" viaja el Barça a A Coruña en busca del alirón que lleva acariciando desde hace meses. La holgada ventaja que posee al frente de la tabla le brinda este domingo la primera de las cinco oportunidades para proclamarse campeón. Con el esfuerzo mínimo: un punto le basta para sellar el triunfo definitivo, y puede suceder que ni lo necesite si el Madrid y el Atlético, que juegan antes, no ganan sus partidos.

Lo "lógico", entiende Valverde, es que más temprano que tarde el Barça cuente su 25º Liga. "Pero como yo soy el entrenador, y no alguien cualquiera, si algo ha de tener el entrenador es precaución", matizaba Valverde, como si aún recordara el triunfalismo que rodeaba al equipo antes de la visita a Roma con el 4-1 de la ida. "No quiero precipitar nada", insistía, remitiendo las valoraciones de la temporada a que se consiga definitivamente el éxito. Superlativo en su caso, porque en su primera campaña habrá rubricado el doblete.

ESTRÉS A NIVEL ACEPTABLE

De momento, el grado de estrés acumulado está a un nivel "aceptable". Igual que el de ansiedad estando como está la Liga tan cerca. "Llevamos muchos partidos detrás, muchos meses de trabajo, vamos en cabeza desde el primer día y tenemos mucha ilusión", ha explicado, subrayando, inmediatamente, que la sobrada ventaja que posee el Barça no sugiere que haya sido un camino de rosas. Valverde se ha acordado, en general, de las dificultades que han salpicado el camino del equipo, desde la marcha de Neymar, a las lesiones e incluso "la situación en Cataluña".

No ha citado, en cambio, que parte de la directiva sospechara de él y dudara de su continuidad si no conquistaba la Copa. Josep Maria Bartomeu, el presidente, negó esa información en una entrevista a la Cadena Ser. "Si lo dice el presidente, no hay que decir nada más..." valoraba Valverde. "Tengo contrato en vigor y esperemos que en las próximas jornadas podamos ganar la Liga".