El mal fario que persigue a Alejandro Valverde en el Tour le ha vuelto a jugar una mala pasada este sábado, en los Alpes, en Risoul, y en el peor momento. El corredor murciano, ni pudo responder a los ataques, encabezados de nuevo por Vincenzo Nibali, ni ascendió con la fuerza que él habría deseado porque, en una acción involuntaria, el joven francés Thibaut Pinot, cuarto de la general, le golpeó con la rueda delantera la patilla del cambio electrónico, con lo que se le desconfiguró el sistema de su bicicleta. "He tenido que hacer toda la parte final de la subida con el plato grande. Con lo duro que es el Tour, solo ha faltado que tuviera que subir con el plato grande".

Para los profanos en ciclismo, el plato grande es el que se utiliza en el llano. Moverlo en cuestas de los Alpes obliga a un desgaste y un esfuerzo fuera de lo normal y el corredor, sea el que sea, no puede rendir como él desearía. Por esta razón, ha justificado Valverde, no ha podido responder a los ataques y por idéntica razón no pudo seguir a los 'delfines' franceses, Pinot y Romaín Bardet, tercero de la general a tan solo 13 segundos del corredor español.

Purito, otra vez líder de la montaña

La etapa ha sido ganada por el polaco Rafal Majka, que estaba llamado a ser el gran ayudante de Alberto Contador en la montaña. Integrante de una fuga en la que iban Joaquim 'Purito' Rodríguez (el catalán ha recuperado el liderato de la montaña, aunque empatado con Majka), Jesús Herrada y Mikel Nieve. Nibali ha atacado poco antes de la avería de Valverde para llegar a Risoul en segunda posición.

Este domingo habrá oportunidad para los velocistas en Nimes, en una etapa llana de transición, siempre que no haya escapada. El lunes, descanso y a partir del martes los Pirineos.