"No pagaría eso. Ni muchísimo menos. Por un balón. ¡Madre mía!", dice Villa, al que hay que repetirle tres veces el precio de 10 millones de dólares que ya había alcanzado el balón que Beckham mandó a la grada en la tanda de penaltis de los cuartos de final que eliminaron a Inglaterra en la Eurocopa frente al anfitrión, Portugal. "¿De verdad que van a pagar eso? Qué afortunado el dueño de ese balón", insiste el Guaje . Ayer, la subasta se reinició y el precio descendió hasta los 24.000 euros (cuatro millones de pesetas).

El dueño es un aficionado gallego que tuvo la pericia de coger el balón en las gradas y sacarlo del estadio mientras la selección inglesa lloraba su eliminación tras el penalti que sí marcó el guardameta Ricardo. Ese esférico ha sido subastado por la casa eBay y la puja, que finaliza el 22 de julio, llegó a alcanzar esa cifra desoribitada. "Hay pasión por el jugador y también el evento era muy importante, una tanda decisiva... En fin, cada uno hace lo que quiere con su dinero", asevera el delantero asturiano. La subasta comenzó el pasado día 20 y su precio de salida fue un euro, para ir subiendo de forma astronómica hasta los diez millones de pesetas, aunque la cantidad continúa fluctuando cada día.

De parecida opinión fue Alvaro, que ve el pago de esa cantidad como "una excentricidad. Entiendo que alguien le pueda gustar el jugador y es un objeto importante en su carrera, pero hace falta tener mucho dinero para permitirse ese lujo", dice el central brasileño, que contesta con una gran carcajada cuando se le pregunta si estaría dispuesto a pagar una cantidad tan elevada por algo tan simbólico: "Por supuesto que no", dice con rotundidad el central brasileño. No serán los jugadores zaragocistas quienes se hagan con tan preciado balón.