El Huesca se siente fuertemente perjudicado por el VAR y terminó de explotar la poca paciencia que le quedaba tras el partido ante el Getafe, por lo que alzó la voz con un comunicado público titulado Así están las cosas. El conjunto altoaragonés no es el primer club que ha mostrado su disconformidad o ha pedido explicaciones sobre el protocolo de actuación del videoarbitraje en su primera temporada. Antes ya expusieron sus quejas el Atlético de Madrid, Levante, Betis, Girona o el Getafe. Existen muchas dudas entre los clubs y sobrevuela en el sentir general el fantasma de una mano negra o de unos criterios de actuación que no son acordes.

En el cómputo general, las decisiones del VAR han beneficiado más que perjudicado a los altoaragoneses, aunque es una afirmación con matices. En once veces la resolución fue favorable al Huesca, con goles anulados a los rivales, concedidos a favor o penaltis señalados. Sin embargo, como es obvio, eran de justicia; lo mismo que en las acciones desfavorables, que son siete en las que no cabía duda.

Ahora bien, los oscenses se quejan de una serie de lances de juego cuya decisión fue contraria por sorpresa. En concreto, son cinco las de la discordia y tres de ellas se han juntado en las últimas dos jornadas. La primera es el gol del 2-2 del Levante en el encuentro de la primera vuelta en El Alcoraz. Boateng marcó después de que el linier hubiera levantado la bandera, lo que propició que los jugadores oscenses se parasen. Subió al marcador.

Ante el Getafe en la primera vuelta, Akapo con 1-0 se marchaba solo hacia la portería rival y fue derribado en el área, pero el colegiado no señaló nada y estuvo tan seguro que ni la revisó. Muy parecida fue la de Carlos Soler con Longo en Mestalla cuando el encuentro discurría1-1. Aquella vez sí que se revisó, pero el resultado fue desfavorable al Huesca.

Contra el Sevilla el árbitro señaló penalti en el gol del empate hispalense y consideró que no había fuera de juego previo y se acabó pitando la pena máxima. En Getafe fue el colmo para los azulgranas, que pedían fuera de juego de Jorge Molina antes de ceder a Jaime Mata (fue revisado y se dio por válido) y un penalti de Arambarri a Musto por agarrón dentro del área.

Tras acabar la primera vuelta, Velasco Carballo hizo balance del VAR y los números mostraron que han reducido los errores, pero que no es infalible. En las primeras 19 jornadas hubo 26 fallos y, de ellos, 19 fueron corregidos por la tecnología. Además, hubo cinco rojas que no se debieron mostrar, cinco amarillas que debieron ser expulsiones y 106 fueras de juego mal señalados pero que no acabaron en gol. El VAR solamente entra en acciones de gol, penalti, roja directa o confusión de identidad y siempre prevalece, salvo error manifiesto, la visión del colegiado del partido para interferir lo menos posible, pero los oscenses se sienten perjudicados, como otros equipos.