Calma y tranquilidad después de la tempestad. Rafael Nadal conversa con su equipo técnico sentado en la pista número 7 . Un picnic sobre la hierba de Wimbledon ante varios centenares de aficionados que sacan fotos y se exclamaban admirados cuando el número 1 del tenis mundial conecta sus potentes golpes a las líneas. El entrenamiento es suave después de la batalla de casi cinco horas con Del Potro, uno de esos partidos que permanecen mucho tiempo en la memoria colectiva. El próximo desafío se llama Novak Djokovic y la cita es hoy, en el segundo turno de la central que abrirá con el duelo de gigantes entre Kevin Anderson (2,03 metros) y John Isner (2,08).

A Nadal se le ve relajado, seguro y tranquilo tras el susto con Del Potro. «Cuando Del Potro huele sangre, estas fastidiado. Es un tipo ganador y si bien en los dos primeros sets no se creía que podía ganar, después sí que lo creyó y sufrimos, no podemos negarlo. El momento crucial fue el tie break. Perderlo con 6-3 a favor y una doble falta fue duro, pero Rafael supo recuperarse y acabó jugando increíble», comenta Francis Roig, entrenador del número 1, que responde a las preguntas que le formula este diario, mientras observa entrenar a su pupilo, una leyenda del deporte.

-Y ahora en ‘semis’, Djokovic. ¿Qué esperan de ese enfrentamiento?

-Sí. Será un partido duro, muy duro. Diferente al de Del Potro. Para mí Rafael es favorito y debe salir a la pista mentalizado así. Para ganar es muy importante pensar que eres ganador.

-El jugador serbio también es un ganador.

-Sí, claro, mucho. Lo que pasa es que no debemos olvidar todo lo que le ha pasado. Hay que intentar jugar con eso. Que los puntos clave del partido le cuesten. Actualmente Djokovic está recuperando su nivel pero no tiene una mochila de victorias que le ayuden a afrontar partidos de este nivel. Le faltan resultados y es difícil salir de esa dinámica.

-¿En qué momento ve a Djokovic?

-Lo colocaría en el nivel que tenía antes de hacer la explosión y convertirse en un tenista intratable al que no había por donde pillarle. Entonces, en momentos de presión, jugaba de una maera increíble. Antes tenía una fe brutal, ahora no tiene esa seguridad. Antes a Djokovic no se le podía desequilibar nunca. Ahora le falta esa seguridad cuando dominaba y ganaba. Está reencontrándose, le falta el ritmo y la dinámica de partidos intensos como el de mañana (por hoy).

-Djokovic se había convertido en la bestia negra de Nadal cuando dominaba el circuito. ¿Ahora no es lo mismo?

-Será un partido muy duro. Estamos en semifinales de Wimbledon y Rafael sabe que no puede especular. Djokovic te aprieta mucho desde el resto, no pega fuerte pero su bola es profunda y corre. Obliga a mucho, pero Rafael también se encuentra en un momento de forma increíble, muy interesante. Ganar Roland Garros le ha dado una confianza extra. Está muy lúcido.

-¿La eliminación de Federer abre las opciones?

-Evidentemente. Para Rafael es mejor que haya perdido y ya no esté en el cuadro del torneo. En definitiva, ahora es siempre el máximo rival que tiene. Aquí venimos a ganar el título y si no está Federer, mucho mejor. Para qué engañarnos.

Así termina la conversación con uno de los entrenadores del jugador español más legendario. El duelo entre Nadal y Djokovic es también un clásico de la última década. El tenista serbio estaba luchando por alcanzar al español y al suizo en la pugna por los grandes títulos (lleva 12) cuando entró en una profunda crisis. Una lesión en el codo y un bajón de motivación afectó a su tenis para caer en el ránking y dejar de contar para las grandes finales. La última se remonta al título de Roland Garros en el año 2016. «Todos sabemos lo que ha pasado pero es un jugador de máximo nivel. Podemos contar las historias que se quieran pero ha recuperado su nivel y desconfío al ciento por ciento», analizó Nadal ante el enfrentamiento contra Djokovic.

Sabe lo que dice. Djokovic ha ganado tres veces sobre la hierba de Wimbledon y más partidos que Nadal en hierba (ver gráfico), y ahora está recuperando poco a poco sus mejores sensaciones. «Soy una persona diferente, un jugador diferente. Me gusta el nivel de juego de ahora y no quiero pararme aquí», anunció Nole, lanzando el guante a Nadal.