Son la nueva generación, dos talentos inmensos, dos chicos de 21 años que brindaron ayer la mejor carrera del año en un final de infarto. Fue la primera lucha de las muchas que la historia tiene reservadas para Charles Leclerc y Max Verstappen. Ganó el holandés, para delirio de miles de fans vestidos de naranja en Spielberg, y perdió la batalla el monegasco, la segunda oportunidad del año que se le escapa para sumar la primera victoria de su carrera.

Formaron la primera línea de la parrilla más joven de la historia y el primer golpe de teatro llegó al apagarse las luces. Verstappen, del que se esperaba una lucha feroz con Leclerc (ambos con cuentas pendientes desde el Mundial de kárting), soltó el embrague con demasiada violencia y el sistema anticalado de su Red Bull entró de forma automática. Le adelantaron Valtteri Bottas, Lewis Hamilton, Lando Norris, Kimi Raikkonen (un Alfa Romeo rodaba cuarto por primera vez desde 1984), Sebastian Vettel... De segundo pasó a séptimo, pero eso no le amilanó.

El otro gran enemigo de Charles Leclerc era Hamilton. El inglés, ganador de seis de las ocho carreras disputadas esta temporada hasta el GP de Austria, había logrado el segundo mejor tiempo en clasificación, y además, había pasado de la Q-2 a la Q-3 con el neumático medio que le permitía ser optimista en la estrategia de carrera al arrancar con una goma más dura a pesar de un sanción —finalmente arrancó cuarto— por obstaculizar a Raikkonen el sábado.

Pero el inglés abusó de los pianos, subió su Mercedes demasiadas veces por unas bananas que en la primera sesión de libres del viernes habían acabado con diez alerones delanteros. El de Hamilton tampoco aguantó, y perdió 11 segundos en el cambio de ruedas para poder añadir el cambio de alerón delantero.

Tampoco Vettel supuso una amenaza para Leclerc. Así que mediada la prueba, después de las paradas en boxes, Leclerc era líder con Valtteri Bottas —en teoría el rival más dócil de los cinco primeros— a su espalda, por delante de Vettel, Verstappen y Hamilton, todos en 10 segundos en la vuelta 43 de un total de 71.

Leclerc gestionaba la carrera mimando sus neumáticos, vigilando las temperaturas, cuidando el consumo, mientras Verstappen, que había salido con neumáticos medios, llegaba con las gomas mucho más frescas. Max se fue primero a por Vettel, al que liquidó en tres vueltas, y después sobre Bottas, al que se merendó de un bocado al primer intento. Y luego llegó la maravillosa lucha en las cuatro vueltas finales con Leclerc, al que adelantó no sin polémica después de no dejarle espacio a Leclerc. «Son las carreras, por eso estamos en F-1, de otra forma nos hubiéramos quedado en casa», explicó Max. «Yo estaba en el exterior, en la vuelta anterior me había dejado espacio, pero en esa no. Lo dejo en manos de los comisarios», dijo Leclerc. Los comisarios le dieron el triunfo a Verstappen. Mientras, Carlos Sainz remontó desde la 19ª a la octava posición.