La labor de Vicente del Bosque al frente del Real Madrid y de la selección española fue encomiable. En el deporte, al igual que en el mundo laboral, como dice el propio técnico, también es imprescindible tener nociones sobre cómo realizar una correcta gestión de equipos. Ser capaces de organizar las cualidades de tu personal con el fin de superar los escollos que haya por el camino y, juntos, evolucionar. Ayer el exentrenador visitó Zaragoza para participar en el Data Analytics Forum, organizado por la empresa Comextic. Varios empresarios del Valle del Ebro asistieron a la charla para conocer con más detalle los secretos del líder que catapultó al combinado nacional hacia el trono mundial en Sudáfrica.

La tarea de un entrenador no es sencilla, y mucho menos dependiendo del vestuario. Un buen guía requiere tener la templanza y la inteligencia para abrir las puertas y observar que las miradas de los mejores profesionales del planeta fútbol se centran en él, a la espera de que comience a dar instrucciones.

«La clave para realizar una buena gestión en un equipo de fútbol, o bien en cualquier otra faceta, reside en escapar de los extremismos. Para ello también hay que intentar generar el mejor ambiente posible entre todos los integrantes», destacó ayer Del Bosque. Para ello es necesario «alcanzar el nivel óptimo en la relación con los compañeros», una tarea que contribuye «enormemente» a cosechar la victoria.

No obstante, uno de los principios que todo referente ha de tener en cuenta son los egos que pueda apreciar en su plantilla. Ante este tipo de situaciones, «hay que tener carácter y personalidad, entre otros atributos, porque hay que saber escuchar y comunicarse con todos los jugadores que uno tiene a su cargo, y que en mi caso eran muy buenos». Y, en lo que a él respecta, «nunca tuve grandes problemas en ese aspecto», afirmó Del Bosque. «Intentaba escuchar todo lo posible, incluída la opinión de todos, y eso es bueno. Después, en el momento de la toma de decisiones, hay que distinguir aquello que interesa para el bien del grupo y lo que no», añadió.

El exseleccionador desempolvó aquella cita célebre de «me gustaría parecerme a Sergio Busquets» para explicar la importancia de poseer una personalidad definida con el fin de ser un buen líder. «De cara a preparar el Mundial de Sudáfrica jugábamos con dos mediocentros: Xabi Alonso y Sergio Busquets. Desde los medios afirmaban que solo teníamos que jugar con uno de ellos. No obstante, nosotros (Del Bosque junto al resto del cuerpo técnico) decidimos que debíamos jugar con ambos porque los dos defendían bien, mantenían la posesión del juego y aportaban en el ataque. Sin olvidar lo más importante, los dos tenían un sentimiento de equipo muy grande». Una decisión muy criticada al comienzo, aunque muy aplaudida por todos cuando el combinado nacional regresó a España con el título bajo el brazo.

Con el adiós de Vicente del Bosque a la selección, el salmantino también se despidió de su carrera en los banquillos. Han pasado dos años desde aquella decisión, cuando España cayó derrotada ante Italia por 2-0 en la Eurocopa de Francia. Desde entonces Del Bosque ha estado ligado al fútbol como aficionado, acudiendo a diferentes eventos vinculados al mundo del balompié, pero está feliz con su nueva faceta. «Estoy bien. Ahora vivo sin ninguna responsabilidad, y disfruto el fútbol de otra manera».