La goleada conseguida ante el Racing de Santander (6-3) ha levantado el ánimo de un equipo que, tras encajar tres derrotas consecutivas, ocupa la sexta plaza de la Liga y amenaza seriamente con asaltar los puestos de Liga de Campeones. La moral está por las nubes, pero en Villarreal quieren permanecer bien pegados al suelo. Es lo que corresponde a un equipo que sigue siendo modesto aunque sus metas estén cada vez más altas y, por eso, "el partido del domingo se presenta muy complicado para nosotros", afirma el delantero Víctor Fernández. Una buena tarde no garantiza ningún resultado final, aunque algo ayuda. "El domingo hicimos un buen partido, pero no podemos relajarnos si queremos conseguir algo importante y es muy difícil aguantar la mentalidad", apunta el máximo goleador de la historia del Villarreal en Primera.

El propio Víctor, Craioveanu, Palermo, Coloccini, Andersson o José Mari, han ido cambiando mucho a aquel Villarreal de los Palop, Roberto, Serer, Javi Prats, Alberto, Iñaki o Salillas, que consiguió el primer ascenso del club. "En los tres años que llevo aquí, el equipo ha cambiado mucho, pero permanece la ambición del club. Cuando llegué, el proyecto ya era hacer un buen equipo, fichar buenos jugadores y construir un gran futuro para el Villarreal", afirma el delantero.

Desde luego, lo están consiguiendo, pero sin precipitarse. El equipo es todavía novel en tan altas cotas y, por defecto, sigue hablando de permanencia cuando se le mencionan objetivos globales. Los 36 puntos que acumulan hasta la fecha invitan, sin embargo, a rechazar su candidatura al descenso y empezar la lucha en serio por un puesto europeo. "Lo importante es jugar bien y muy serios, como lo estamos haciendo hasta el momento", comenta el emeritense, que no se fía del Zaragoza: considera que su situación es peor que la del Villarreal sólo por las circunstancias y que, pese a las apariencias, quien tiene algo que envidiar es el equipo castellonense al aragonés, aunque sólo sea por el historial en Primera.

VIEJOS CONOCIDOS La Romareda será lugar de reencuentro entre Víctor Muñoz y algunos de los jugadores a los que dirigió, durante algo más de una temporada, en el Villarreal. "Personalmente, no puedo hablar mal de él. Me quiso fichar en los anteriores equipos que dirigió y consiguió traerme al Villarreal. Tiene experiencia para hacer cosas importantes en el fútbol y le deseo más suerte de la que tuvo aquí al final", apunta Víctor.

Ese empeño en el pequeño delantero dio sus frutos en el 2000, y el Villarreal tuvo que desembolsar 1.500 millones para ficharle. Fue el traspaso más caro de la historia del club, pero resultó rentable. Víctor garantiza goles en todas las competiciones y se encuentra muy a gusto en Villarreal. "Muchos no entendieron mi fichaje por un equipo modesto, pero ahora se alegran porque estoy realmente feliz aquí".