Estoy muy feliz y satisfecho por los jugadores, porque hemos logrado este triunfo de estar en la final, algo que queremos ofrecer a la afición" Esta fue la mayor concesión para la alegría que hizo un Víctor contento por el trabajo realizado, pero con la mente puesta en la Liga, en salvar al equipo de la delicada situación en la que se encuentra: "Ahora tenemos un mes para preparar la final y, lamentablemente, no nos podemos detener mucho en esta ilusión. Hay que dejarla al margen y centrarse en la Liga, que es lo importante. Yo, de hecho, ya estoy pensando más en el partido ante el Betis".

El técnico vio un encuentro muy trabado, en el que "el Zaragoza no dominó mucho el juego, pero las ocasiones fueron nuestras. Pudimos hacer dos o tres tantos, pero no estuvimos acertados y siempre tuvimos el peligro de que el Alavés marcara, aunque tan apenas han creado ocasiones". Víctor quiso destacar la "sintonía entre el público y el equipo" y deseó que el desgaste realizado anoche no pase factura en el compromiso en el Ruiz de Lopera: "El estrés y el desgaste influyen y allí nos vamos a encontrar a un rival que ha tenido toda la semana para preparar el choque".

Para el entrenador aragonés, lo mejor de ese pase a la final va a llegar en el apartado anímico, porque "nos dará un impulso moral para la Liga muy positivo", y dejó claro que el Zaragoza irá con la máxima ambición a Montjuïc el 17 de marzo. "Saldremos a ganar la final. Todos darán al Madrid de favorito, aunque iremos a buscar nuestras opciones. Pero insisto en que eso será en un mes. Ahora nos espera el Betis".

MEL, SATISFECHO No mostró un gesto cariacontecido el técnico alavesista, Pepe Mel, y quiso dar a la derrota sabor de victoria: "Hemos hecho algo maravilloso: estar entre los cuatro mejores de España. Esta semifinal tiene dos triunfadores, el Zaragoza por seguir adelante y nosotros por haber llegado hasta aquí", dijo el técnico, que recalcó que "hubo un momento en que el Zaragoza tuvo miedo de no pasar".