Una excepcional jugada de Alfonso casi nueve meses después de su último gol en competición con la elástica bética (el 20 de abril ante el Atlético), abrió las puertas a la esperanza de la sufrida hinchada verdiblanca, cuando el partido no llevaba siquiera la décima parte de su desarrollo, y Joaquín certificó la segunda victoria de su equipo que aclaró su incierto futuro. Víctor Fernández salvó la cabeza en el banquillo.

El internacional de Getafe se apoderó del balón en su campo y tras una carrera y una serie de fintas y regates, lanzó sobre el marco de Calatayud, al que batió con la ayuda de un defensa, que desvió el balón.

Fue oxígeno en el ánimo de los béticos y plomo para el de los malagueños, que parecieron reaccionar con dos acciones de Salva y Romero en el minuto 20. Luego los ánimos de uno y otro rival se enfriaron hasta desembocar en un juego simplón, roto con acciones muy aisladas.

La segunda parte tuvo unos comienzos parecidos a los de la primera, con un Betis con juego fácil. Alfonso, en jugada con Tote que culminó Joaquín, puso al Betis distanciado en el partido.

LA SENTENCIA A los 55 minutos, Contreras, muy adelantado, tuvo que neutralizar en dos tiempos un centro desde lejos, con balón casi en la misma línea de su portería. No fue posible el 2-1, y, sin embargo, Joaquín dio serenidad a los béticos (m.60) tras una portentosa carrera, con el 3-0, pese a que algunos zagueros malagueños reclamaron que el balón no había llegado a sus redes.

Pudo incluso marcar el cuarto el Betis poco después en una nueva jugada de Joaquín, que no culminó Tote ante la media salida de Calatayud. Duda, en lanzamiento de falta, a los 81 minutos, tuvo una de las oportunidades más claras del Málaga en la segunda mitad, pero su trallazo lo neutralizó el otrora malaguista Contreras a ras de césped.

Es la segunda victoria bética en su feudo en lo que va de Liga --la anterior fue sobre el Albacete (3-2)--, ante un Málaga bien posicionado sobre la cancha y con la disciplina de los equipos que dirige Juande Ramos, aunque sin apenas peligrosidad. Fue la tercera derrota consecutiva del conjunto malaguista (Real Sociedad, en Liga, y Celta, en Copa del Rey).